Salud mental: “Algunos adolescentes se precipitan al autodiagnosticarse”


La salud mental es un tema que en los últimos años ha tomado un posicionamiento predominante en la agenda y se ha acentuado durante y luego de la pandemia causada por el COVID-19.

El ritmo y las exigencias cotidianas, el contexto económico, las frustraciones, la sensación de incertidumbre, contenidos sin filtro en internet y otros factores que están a la orden del día en la actualidad pueden afectar a cada persona de un modo distinto.

Afortunadamente, pareciera que hay mayor conciencia respecto a la atención que merece la salud mental y cuán importante es consultar con un profesional para aclarar inquietudes o acceder a un posible diagnóstico.

En FM 89.3 Santa María de las Misiones conversaron con el licenciado Nicolás Aranda, director de Salud Mental del Ministerio de Salud de la provincia, acerca de cuál es la situación de los adolescentes: ¿Predominan casos de depresión y ansiedad? ¿Cuáles son sus preocupaciones? ¿Obtienen un diagnóstico? ¿Cómo debe actuar la familia?

Aranda indicó que siempre trabajan en articulación con el Ministerio y también con asesores de algunas localidades de la provincia y generalmente presentándose en las escuelas secundarias. En particular, durante los talleres que brindan tratan acerca de la problemática de las autolesiones, intentos de suicidio y, en menor medida, cuestiones relacionadas al bullying, según precisó.

“Trabajar con adolescentes implica principalmente escucharlos, sobre todo hoy en día que tienen pleno acceso a la información sin filtro que circula en internet, entonces es clave poder escucharlos y charlar con ellos, que nos cuenten sus concepciones y problematizar sobre los mitos que existen, por ejemplo, relacionados a suicidios o autolesiones“, describió Aranda.

 

Las preocupaciones que emergen

En cuanto a la tendencia de autolesionarse o cometer intento de suicidio, el licenciado explicó que el problema está en pensar que estos daños físicos son la respuesta “a un tipo de dolor psíquico o de sufrimiento, creer que la única respuesta es suprimirse”, alertó, y recordó que “los números no han sido buenos en los últimos años a nivel provincia, región y país”.

“Hay que tener en cuenta que no se puede aplicar una razón lineal a todos los casos, porque hay muchos factores. Por ejemplo, ‘efectos de contagio’, en ocasiones los padres cuentan que si en la escuela alguien se autolesionó, después ocurren varios episodios similares”, indicó.

Los episodios de ansiedad son otros de los problemas que aparecen entre adolescentes. El director del área de Salud Mental informó que actualmente “es uno de los mayores motivos de consultas desde hace varios años; en general, a partir de los 15 años en adelante, y es algo que se viene sosteniendo. Hoy en día hay factores externos y sociales que condicionan la aparición de este tipo de cuadros”.

 

Evitar autodiagnosticarse

Nicolás Aranda reveló que algo que ocurre con frecuencia es que los jóvenes asumen por cuenta propia que padecen tal o cual trastorno, sin siquiera haber consultado con algún profesional. Amplió que en parte, esto se debe a que tienen acceso a mucha información (y también desinformación) cuando navegan en redes sociales y páginas de contenido donde se abordan estos temas.

“Hoy en día se tiende mucho a los autodiagnósticos con los recursos que se cuentan, y en muchos casos son sesgados; siempre hay que recurrir a un profesional”, insistió.

 

A qué prestar atención

Sin embargo, Nicolás Aranda aclaró que junto al equipo de trabajo informan a los jóvenes cuáles pueden ser los signos reales a los que estar alerta para acudir a un profesional. A su vez, explicó algunas diferencias puntuales:

 

“Una cosa es tener una reacción ansiosa ante cierta situación de la vida, y después se puede hablar de reacciones que tienen que ver más con un estado de ánimo como la tristeza; diferente a un trastorno que involucra la depresión. Hay reacciones a circunstancias vitales en ciertos momentos. Entonces lo ideal es contar con un diagnóstico profesional que determine qué es y qué no es”.

 

El licenciado aclaró que lo que sí hacen es informales a los chicos y chicas “ciertos tipos de alarmas” para comenzar a pensar y distinguir si hay necesidad o no de una consulta específica.

“Por ejemplo, en relación a la ansiedad, continuamente estar anticipándose con ideas de que algo malo puede ocurrir, experimentar falta de aire, sensaciones corporales que no se pueden controlar como opresiones en el pecho, sensación de agobio en ciertos lugares, y síntomas por el estilo”, enumeró.

En cuanto a la depresión, indicó estar atentos a “aislamientos, que la persona manifieste la falta de sentido para con su vida, el retraimiento de actividades que antes realizaba, falta de sueño, consumo excesivo de alcohol o de sustancias; estos factores llevan a pensar en un posible cuadro de depresión”, continuó describiendo Aranda.

 

¿”Generación de cristal” o generación más consciente?

Mucho se ha hablado de que la juventud en la actualidad parece ser más vulnerable y poco tolerante a las situaciones que representan un riesgo o frustración.

Al respecto, el director del Área de Salud Mental del Ministerio provincial, opinó que “hoy en día se nota que los jóvenes tienen mayor conciencia de cuáles son sus derechos y necesidades de pedir ayuda. Y por otro lado, con el tema de la inmediatez que trae todo el mundo tecnológico, creo que con el manejo de los procesos que toman cierto tiempo e involucran muchas veces frustraciones con frecuencia se ven mayores dificultades para transitarlos”, detalló, y en este punto citó como ejemplo el alto índice de deserción en carreras universitarias.

Aranda coincidió en que la denominación “generación de cristal” lleva una carga peyorativa, y que lo principal es entender que en la actualidad el contexto es totalmente distinto y, por supuesto, cada persona tiene sus particularidades.

 

“Como padres o tutores no debemos pretender que los adolescentes reaccionen como nosotros lo hicimos en su momento frente a tal situación. Porque es otro contexto, otra generación, otro sujeto; todo esto sirve para no desestimar”, enfatizó el licenciado. 

 

Por último, dijo que en caso de necesitar ayuda, el sistema de salud pública de la provincia cuenta con profesionales en Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) y en los distintos Hospitales; y que una consulta no siempre deriva en tratamientos.

“Cualquier tema que tenga que ver con adolescentes también involucra al grupo familiar. Si hay que llevar adelante un tratamiento, hay que mantenerse firme con el compromiso y el acompañamiento”, señaló el director del área de Salud Mental.

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