Salvo la universidad pública, ninguna institución goza de confianza en la gente


“Cuando uno empieza a discriminar los niveles de confianza hacia las instituciones, se salva de manera extraordinaria la universidad pública. El resto de las instituciones de la Argentina pasan momentos de sofocón” expresó el consultor político Gustavo Córdoba sobre la situación política del país.

Para el director de la consultora Zuban Córdoba y Asociados, los bajísimos niveles de confianza de la sociedad “tienen correspondencia con la realidad. Si uno mira para atrás y analiza desde la salida de Cristina Fernández de la presidencia, la asunción de Macri y el gobierno de Alberto, si tomamos eso como un proceso vemos que la gente está frustrada, con bronca, esa sensación llega al 80% de la población”.

En declaraciones a FM 89.3 Santa María de las Misiones, el especialista en opinión pública remarcó que fueron “dos modelos enfrentados que terminaron con el mismo mal resultado económico”.

“Entonces la promesa democrática que tenemos desde 1983 ha funcionado muy poquitas veces y la sensación que queda es que los sucesivos gobiernos no han estado a la altura de las circunstancias y las expectativas”, dijo.

Aclaró que en el descreimiento entran todos: “Hay un gran descreimiento, por muy malos resultados. Hoy tenés un gobierno con una crisis de credibilidad impresionante desde lo que pasó con Vicentín. Y tenés una oposición que es parte del problema y se percibe como parte de la solución”.

Sobre la oposición, justamente, señaló: “Hay dirigentes que dicen estar listos para asumir, es llamativo, porque hoy si oficialismo y oposición no dejan de lado los egos y la campaña, vamos camino a un lugar que ya conocemos, una disminución de la institucionalidad democrática con todos los riesgos que ello conlleva”.

 

Desde la pandemia

Córdoba consideró que la pandemia tuvo mucha incidencia en la crisis porque “todo el mundo interpretó de manera diferente al otro, el más equivocado fue el Gobierno que creía que había un apoyo al gobierno”.

Recordó que “la primera encuesta que hicimos dio que el Gobierno tenía un consenso relativo, consenso precario, la gente creía que se podía salir rápido y el Gobierno creyó que tenía apoyo de la gente”.

“Esto hizo que el Gobierno vaya por un camino y la gente por otro”, aclaró y desde ahí “ha venido cayendo la credibilidad 2 o 3 puntos por mes llegando hoy a 70 puntos”. “Hoy no hay un sólo ámbito del poder donde la gente no desconfía”, remarcó.

Ante este panorama recordó una frase de otro consultor donde dice que “los gobiernos se equivocan cuando trabajan los consensos porque apelan al consenso cuando pierden el poder, y lo deben hacer cuando el Gobierno está fuerte”, y señaló que “nadie de la oposición le acerca una mano al Gobierno para solucionar los problemas, al contrario, le tiran un balde de nafta”.

Cuestionó a la oposición por el hecho de “no tener en cuenta que quizás este problema le toque solucionar a ellos el año próximo” y el hecho de que “no tienden puentes hacia la actual gestión y empiezan a consensuar cosas. Acá se verifica la ruptura del teorema de Baglini, acá se está dando al revés”, dijo.

Para el consultor, hasta Javier Milei cayó en la desconfianza de la gente, a pesar que hasta hace poco parecía ser un vocero contra el poder: “Hay un dilema para la política argentina, porque (Milei) venía pisteando como un campeón y se encontró con una centralidad que no estaba preparado quizás para administrar”.

“Sus contenidos eran muy limitados, sus expresiones públicas giraban muy bien cuando tenía que insultar a la clase política pero no cuando tenía que hablar de sus propuestas. Hoy te diría que tiene la misma imagen negativa de Cristina Fernández y Mauricio Macri”, indicó.

Luego reforzó: “No veo ninguna diferencia entre él y la casta que siempre critica. Tiene todavía un 10 al 20 por ciento que puede llegar a ser muy significativo el año próximo”.



Puja salvaje

Córdoba afirmó que la economía está al tope de las preocupaciones de los argentinos y enfatizó que “cualquier anuncio que haga el Gobierno pasa a segundo plano porque la crisis se ha convertido en algo tan transversal” y consideró que “no se entiende que el Gobierno deje de hacer todo lo que está haciendo y no se dedique a controlar los precios y la pérdida de poder adquisitivo de la gente”.

Evaluó que “hay dos grandes grupos, los que no llegan a fin de mes y los que no llegan a comer todos los días. Hay un impacto ya que es transversal, hasta los formadores de precios que son los grandes responsables de la inflación pareciera que no tienen la culpa en la Argentina porque no hay nadie que arbitre”.

Reflexionó que “siempre en cualquier sociedad la puja distributiva es la principal pelea que se da. Los que tienen recursos tratan de no compartir, no pagar impuestos, los sectores menos favorecidos tratan de tener trabajo. El dilema de hoy en la Argentina es que la puja distributiva se está dando de manera salvaje por la ausencia del Estado como regulador de esa pelea, entonces ahí es donde se ve un Estado desertor, es la ley de la selva donde los más grandes se comen a los más chicos”.

Por último opinó que “hay mucha frivolidad en la postura política de la mayoría de los dirigentes, espero que entiendan los sufrimientos que hoy se verifican en las provincias. La política no ha entendido que el 80% de la gente está enojado con la política, no con una parte, sino con toda la política”.

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