El ultraje al cementerio de Puerto Rico se habría producido durante la Semana Santa. Las denuncias se dieron tanto por redes sociales, por parte de los deudos damnificados, como del Ejecutivo local, que presentaron una denuncia formal en la Comisaría del municipio. El hecho delictivo se habría perpetrado durante la noche, cuando el predio permanece cerrado y las piezas sustraídas serían comercializadas en el mercado negro.
El robo de placas y otros elementos decorativos de las tumbas del camposanto volvió a ser noticia en Puerto Rico, teniendo en cuenta que no es la primera vez que se producen hechos de estas características, ya que hace algunos años ya fueron víctimas de situaciones de vandalismo de las mismas características.
La situación afecta e hiere la sensibilidad de los seres queridos de los difuntos que allí descansan, quienes a través de las redes sociales manifestaron su repudio y consideraron necesario tomar medidas para evitar este tipo de ofensa a los restos de sus difuntos.
Entre las medidas que sugieren adoptar, se encuentran la instalación de cámaras de seguridad en el cementerio o personal que realice recorridas permanentes durante la noche.
Se estima, que los elementos robados tienen cierto valor por el material con el que son confeccionados, como ser el bronce u otros metales. De acuerdo a lo consultado por PRIMERA EDICIÓN, un kilo de bronce en una chatarrería se paga alrededor de los 400 pesos, aunque en publicaciones en Facebook ese monto aumenta un 25 y hasta 100%. Las placas de 21 centímetros por 13 centímetros valen 9.500 pesos, mientras que las de 20×30 suben a 22.500 pesos y las de 26×16 con la foto incluida cuestan 16.000 pesos.
Por otra parte, comprar una nueva placa de 20×25 centímetros que contenga una foto en acero inoxidable tiene un costo aproximado a los 11.000 pesos y una más pequeña 10×20 centímetros, del mismo material, sale $2.000.
En tanto, cambiar un mármol del pedestal de una lápida, en una medida de 0.80 x 1.00 cuesta alrededor de 30 mil pesos.
Indignación
Marcelo Richter, uno de los familiares afectados por el robo de placas contó a PRIMERA EDICIÓN que no realizaron una denuncia formal por los daños que ocasionaron en la tumba de su madre porque “caen en saco roto”.
Además, contó que los “daños a las tumbas en el cementerio local ocurrieron siempre. Desde romper los panteones hasta robar las flores, aunque lo segundo era más común que lo primero. Nosotros poseemos una parcela familiar, donde descansan mi madre, mi tía, mi tío, mis abuelos, que se paga religiosamente”.
En el espacio que posee la familia, “tenemos roto el panteón de mi tía, una persona ilustre para Puerto Rico, Melita Richter que fue la gerenta de la Cooperativa Luz y Fuerza. Hace mucho tiempo le habían dañado la tumba de mármol y la repararon mal, mal con pegamento. Y hace unos días, nos tocó a la tumba de mi mamá y mi abuela, que arrancaron las placas de bronce”.
A igual que otros, Marcelo consideró que el o los vándalos “arrancan las placas de bronce porque es un metal que vale mucha plata. Arrancan, luego lo funden y venden. Son metales que tienen un alto precio en el mercado”, insistió.
En cuanto al accionar de la Municipalidad ante estos hechos expresó “que nunca te dan respuestas claras. Ellos no se hacen cargo y es obvio que no te van a pagar la placa de bronce que robaron y menos mandar a hacerla devuelta”. Desde su punto de vista, “ellos deberían al menos poner dos serenos, que caminen, que estén de noche en el predio. Es un lindo cementerio, grande y está cuidado, con el césped cortado y hay presencia municipal en el mantenimiento. El reproche es a la seguridad”, sentenció el contribuyente.
Denuncia y accionar
Haydeé Maler, secretaria tesorera de la Municipalidad de Puerto Rico, contó que el encargado del cementerio se percató de la situación y se comunicó inmediatamente con el Ejecutivo. Luego se realizó un recorrido por el camposanto para determinar la cantidad de tumbas afectadas.
En cuanto a la seguridad, Maler explicó que el predio está cercado y que luego de las 19 se cierran los portones con candado e incluso recientemente se realizó desde el Municipio una gran inversión en luminarias para el predio.
“El único inconveniente que estamos teniendo, es que sigue abierto en uno de los laterales, donde como consecuencia del temporal, a principios de abril, se cayó parte del muro perimetral”.
Para resolver el tema antes expuesto, la funcionaria adelantó que en breve se colocará un alambre tejido. “No obstante, esta no es la primera vez que ingresan al cementerio. Se trepan a los altos muros o se esconden, antes del cierre, para luego profanar las tumbas. Un tiempo atrás nos encontramos con tumbas rotas. Incluso nosotros nos hicimos cargo de algunas sepulturas que estaban muy deterioradas”, aseguró.
Las dimensiones de la necrópolis son significativas y si bien poseen un sereno, que también custodia el corralón municipal que se encuentra enfrente, los malvivientes se “amañan” para sortear los controles y hacer de las suyas. “Tenemos seguridad. Velamos por ella, incluso hace un tiempo realizamos una inversión importante para iluminar todo el cementerio. Igual, se meten, se esconden del cuidador y a la noche hacen de la suya”.
Igualmente, destacó el trabajo de la policía y contó que por el hecho ya hay una persona aprehendida. “Queremos destacar el accionar policial porque ya hay un detenido que está involucrado por este hecho”, dijo a la FM 89.3 Santa María de las Misiones.
El 80% no abona por las parcelas de sus difuntos
Desde el Ejecutivo local comunicaron a los familiares, que el Jueves Santo, “personas desconocidas ingresaron de anoche al cementerio municipal, donde destrozaron algunos panteones y robaron placas de las mismas”.
Ante esta situación, las autoridades municipales realizaron una denuncia en sede policial. El predio del cementerio local tiene 34.500 metros cuadrados y alberga unas 5.700 parcelas. El primer sepelio que se realizó en el lugar, data de 1919.
“Por los primeros 10 años de enterramiento, los allegados deben abonar 4.950 pesos y a partir del décimo primer año se debe pagar $609 por año”.
A pesar de estos bajos costos, “tenemos alrededor de un 80% que no abona sus impuestos. Casi siempre lo pagan cuando recién entierran a sus seres queridos y después se olvidan”, manifestó la funcionaria, Haydee Maler.
Además, expuso que hay numerosas parcelas que no se cobran como la de los pioneros y las personas con escasos recursos.
Teniendo en cuenta los espacios y la falta de capacidad que manifiesta, desde el municipio ampliarán el predio hacia el oeste, además de construir un sector de nuevos nichos, que permitirá ampliar la capacidad de la necrópolis.
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