El verano recién comienza oficialmente mañana martes, pero en Misiones la tradición indica que desde inicios de mes o incluso noviembre ya se inician la temporada estival y la convocatoria en balnearios, playas, piletas y arroyos de la provincia.
De hecho, las altas temperaturas que se registran en los últimos días motivaron un “lleno total” en El Brete de Posadas, pero también en muchos otros espacios de refresco en la tierra colorada.
Eso conlleva también un peligro porque muchos de esos lugares no están habilitados o no cuentan con presencia permanente de guardavidas, como sí ocurre en los balnearios posadeños, lo cual hace necesaria una especial atención por parte de los bañistas para no poner en riesgo sus vidas.
Por eso el programa “El Aire de las Misiones” que se emite por la FM 89.3 dialogó con el director de Seguridad Acuática de la Provincia, Franco Bacigalupi, quien detalló las claves de prevención para poder disfrutar unas felices vacaciones de verano y evitar un mal momento.
En ese sentido, recomendó que “cuando vayan a un lugar que no conocen, primero consulten si hay un personal capacitado para la prevención en el rescate y, si no es así, por lo menos saber dónde meterse, cuál es la profundidad, etc. Ahí es donde se producen los accidentes: cuando no conozco el lugar y me meto confiándome“.
“La gente por ahí va a lugares que ‘habilitan’ ellos mismos como lugar para refrescarse, ya sea una chacra o un lugar que por ahí ya iban los abuelos o los tíos, es algo popular pero el tema es que por ahí antes esos abuelos, tíos o primos más o menos te enseñaban a nadar correctamente y si no pasabas por esa prueba no te dejaban ir a ningún lado, pero hoy no tenemos más eso, los padres por ahí no tienen esa posibilidad de enseñar a nadar a sus chicos y bueno, son chicos y hasta que sucede un accidente se arriesgan”, lamentó Bacigalupi.
Al respecto, el profesional recordó que en Misiones “tenemos muchos arroyos que no están aptos para una playa, tenemos piedras, tenemos correderas que la gente por ahí se mete conociendo el lugar, pero cuando viene una persona que no conoce, que no sabe dónde está el remanso o qué hay abajo, es donde se generan esos accidente que queremos evitar”.
Bacigalupi apeló a la necesidad de tomar conciencia y entrar al agua sólo en los lugares habilitados formalmente, que cuentan con el servicio de guardavidas, “que es una persona capacitada en la prevención, ya sea en rescate del agua o hacer una RCP o alguna manera auxilio. Si yo me meto en un lugar que no está habilitado, donde no tengo quién está haciendo prevención o quien esté cuidándome, esto también pone en riesgo a la persona que después quiere colaborar: muchas veces ha pasado que las personas que quisieron a salvar a alguien que se está ahogando se terminan ahogando ellos también“.
“Además, tenemos que entender la cuestión del ejemplo: si yo me meto en un lugar no habilitado, por más que yo sea buena nadador, estoy mostrando al resto que se puede hacer eso y empezamos a hacerlo todos, y vamos a tener muchos accidentes“, remarcó.
En el caso específico de quienes van con menores, remarcó que los niños tienen que estar controlados “pero no por el hermanito de 10 ni tampoco con el de 14, sino con un adulto responsable y que no esté haciendo otra cosa que viéndolo“. Es que muchos interpretan la función del guardavidas prácticamente como la de un niñero, pero “imaginate si son 200 personas y cada uno deja a su hijo solo, el guardavidas tiene que estar mirando a esos chicos más las otras cientos de personas que puedan estar en el agua, entonces esto complica la labor”.
“El guardavidas va a estar dispuesto a tratar de hacer esa prevención y después el rescate, pero el padre siempre tiene que estar con el niño”, insistió.
“Novatos” en el río
Respecto a quienes se inician en las actividades náuticas, “siempre decimos que en el momento que se van a comprar un kayak o una embarcación a motor, que por lo menos traten de interesarse con los clubes que hoy están trabajando con ellos o que tienen un parque náutico. Es bastante importante hacer cinco o seis clases de canotaje antes, para poder tener todas las herramientas ya sea de autosalvamento o de cuidado, porque no es solo aprender a remar, también hay que aprender la parte meteorológica, saber cuándo se puede salir, qué vientos predominan en nuestro río y hasta dónde puedo navegar“.
“No es que yo salgo con el kayak a la Isla (del Medio) y nada más: tengo que pedir permiso de Prefectura. Cuando yo aviso a Prefectura, estoy dando la posibilidad de que, si me pasa algo, saben dónde buscarme primero; si no aviso, es mucho más amplio el lugar de búsqueda y más difícil el rescate”, explicó.
Además, “tengo que saber los elementos de seguridad, cómo comprar el chaleco, cómo se coloca el chaleco, cómo flotar con el chaleco, porque es un elemento que me quita movilidad para volver a la superficie”, aclaró.
“Uno ve a la gente remando con la tablita y con el perro adelante, le parece hermoso, se compra una tabla pero no tiene ni idea, entonces hasta el perro puede terminar teniendo un accidente. Tenemos que entender que el río ha cambiado mucho, es una laguna, pero no deja de ser peligroso”, sentenció.
Como conclusión, Bacigalupi planteó que “cuando hablamos de prevención, se tratar de disminuir el número de ahogamientos. Sabemos que nunca va a ser cero, que eso realmente va a ser imposible, pero siempre comento que cuando empezamos en 2011 teníamos alrededor de 70 a 60 casos en toda la provincia y hoy a veces tenemos 17, otros años 23, es un número que por suerte va bajando, pero tenemos que seguir trabajando en la prevención de la forma que sea”.
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