A pesar de las lluvias de los últimos días, el caudal del río Paraná sigue manteniéndose de manera artificial por los embalses de las represas, que ven agotarse las reservas que tienen. Si no cambia el tiempo de manera rotunda, se esperan para el trimestre hasta noviembre que se produzcan precipitaciones por debajo del promedio normal para esta altura del año.
Por esta razón, el ingeniero Juan Borús que se encuentra al frente de la subgerencia de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), aseguró que no se avizora una posible recuperación de los niveles de altura del Paraná.
“La pregunta que siempre nos hacemos es cuándo vamos a volver a la normalidad, cuándo se va a recuperar. La realidad es que no vemos la salida al túnel. No hay ninguna certeza sobre cuándo vamos a recuperarnos”, sostuvo en diálogo telefónico con FM 89.3 Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN.
Advirtió además que “Por otro lado no debería sorprendernos si esta bajante trasciende 2021 y durante varios meses de 2022 vamos a seguir hablando de la bajante y la sequía generalizada en la Cuenca del Plata. Es probable que eso sea así“.
“Si se atiende la variabilidad climática que caracteriza a la región desde hace 15 años, uno pone algunas fichas en la posibilidad que esta vez esa variabilidad climática nos sorprenda favorablemente y tengamos un cambio drástico el año que viene. Pero, en principio, lo más probable es que esa situación tiene una probabilidad baja de ocurrencia y tenemos que hacernos a la idea que la sequía y la bajante asociada van a continuar unos cuantos meses todavía”.
Las lluvias no alcanzan
El ingeniero Borús fue consultado si las precipitaciones que se vienen dando en los últimos días pueden ser una solución a la crisis hídrica. “De ninguna manera. Por supuesto que seguimos las lluvias – de manera particular en la provincia y alrededores- donde la respuesta hidrológica es más rápida y la mejora se podría notarse de manera rápida. Pero las lluvias no están resultando y siguen siendo inferiores a las normales”, aclaró.
Y anticipó que “Este trimestre de septiembre, octubre y noviembre se va a cumplir la tendencia climática y vamos a tener lluvias por debajo de lo normal y eso nos desalienta, nos quita la posibilidad de tener una mejora cierta”.
Para el titular del Sistema de Información y Alerta Hidrológica del INA, “Por lo menos el panorama hasta fines de noviembre no es bueno, es desfavorable, con la posibilidad que los siguientes dos meses tampoco lo sean”.
Hay un hito sobre el cual se advierte que la bajante del río Paraná podría llegar si se mantiene la tendencia: la ocurrida en 1944. Al respecto, Juan Borús aclaró que “Estamos peor que el año pasado pero bastante mejor que en 1944. Sin embargo no dejamos de tener a 1944 como una referencia y, hoy, la posibilidad de acercarnos a esa fecha es menor a como estábamos meses atrás aunque no hay que descartar esa posibilidad. Cada día, cada semana que pase y que no se agrave la bajante, obviamente está la posibilidad de no alcanzar 1944 es bien cierta”
Advertencia por el verano
El subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológica del INA fue consultado sobre el impacto que puede tener en la población la persistencia de la sequía y la bajante en las aguas el Paraná en los meses más calurosos.
“No tiene que ver tanto con la oferta de agua sino por la demanda. Cuando vengan los calores y haya un verano, la demanda de agua en áreas urbanas va a ser mayor. Con lo cual, el mensaje que se va a ir dando a nivel nacional como provincial a la población, es de un uso racional y cuidadoso del agua”, sostuvo Juan Borús en la entrevista radial.
Resaltó que “No estamos en una situación normal para hacer un uso normal del recurso hídrico. Por lo tanto, en el verano, este problema del consumo de agua en áreas urbanas está en todas las planas. Pero estamos preparados para que el impacto sea minimizado y no llegue al extremo“.
El mismo pronóstico desalentador se mantiene del lado brasileño
Juan Borús, confirmó que se trabaja de manera conjunta con el Brasil ante la crisis hidrólogica en el río Paraná. “Estamos en reuniones quincenales de contacto con Brasil y todo se hace en forma armónica”, dijo.
Respecto a los pronósticos del tiempo en el vecino país, indicó que “Son pesimistas. Hoy por hoy, la región tiene una integración bastante grande. Los cinco países estamos reunidos permanentemente en muchos temas y frentes; y el climático tiene un sistema de monitoreo de América del Sur donde se comparten las visiones del servicio meteorológico nacionales. Por eso la perspectiva sigue siendo común, con una conclusión común que es un pronóstico desfavorable”.
El funcionario admitió que “Lamentablemente no hay forma de revertirlo. Tenemos que entender que la situación es esta y que -a futuro- considerar la probabilidad de fuertes cambios es de mucho a poco o de poco a mucho -en este caso estamos con lo poco- para estar preparados para afrontarlo y que el impacto se minimice lo más posible, no queda otra. Dependemos mucho del clima y ese clima está enrarecido”
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