“Francisco era un hombre muy cercano a la gente, fundamentalmente a los más necesitados”


“Lógicamente que nos afecta mucho su partida, pero sabemos, aquellos que tenemos fe, que la muerte no es la última palabra”, comenzó diciendo Adolfo Pérez Esquivel, ganador del premio Nobel de la Paz y amigo “de entrecasa” de Jorge Bergoglio desde muchísimos años.

En comunicación con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, el activista por los derechos humanos, profesor, escultor y pintor argentino recordó a su “hermanos querido” como “un hombre muy cercano a la gente, fundamentalmente a los más necesitados”.

Pérez Esquivel fue ferviente defensor del papa Francisco (desde su paso por obispo, arzobispo y cardenal de Buenos Aires hasta que fue designado sumo pontífice) las veces que fue atacado y apuntado como defensor de la dictadura cívico-militar en Argentina. “Él con una actitud firme las enfrentó. Es el primer papa jesuítica, siempre mantuvo una posición serena y con una sonrisa“, describió.

Y apuntó a las reformas que logró dentro de la iglesia católica para acercarse a la gente: “decirle los cardenales, a los príncipes de la Iglesia que salgan a evangelizar. Que salgan a tomar contacto con los más necesitados, que esa la misión de un pastor de la iglesia, de un discípulo de Cristo. Así que en eso siempre tuvo una actitud muy coherente y una mirada profunda, muy caritativa”, expresó.

 

Sus reuniones en la residencia de Santa Marta

CHARLAS. El papa Francisco solía recibir a su amigo Adolfo Pérez Esquivel en su residencia de Santa Marta.

La humildad del papa, Pérez Esquivel la vio plasmado cuando se siguió reuniendo con él ya siendo sumo pontífice. “Muchas veces nos reuníamos en la residencia de Santa Marta, pues yo vivía enfrente en Roma. Nos instalamos en una sala para conversar de nuestro país, conversar del mundo y bueno, sacarnos fotos, muy como amigo del entrecasa”, rememoró. 

“Hace dos años fue la última vez que nos encontramos en Santa Marta, después me enfermé y suspendí los viajes. Pero nos comunicábamos permanentemente” dijo y lamentó que el prólogo de su libro lo iba a escribir el Papa Francisco, “pero lamentablemente no pudo ser”. 

La justicia social y los derechos humanos “siempre estaban la lista” de Francisco, dijo el Nobel de la Paz y lamentó  “la justicia social que aquí se está retrasando por el presidente de que tenemos. El Papa muy coherentemente siempre estuvo del lado que tenía que estar, predicando el Evangelio”, resaltó.

Sobre los derechos humanos, mencionó que “hasta último momento” oró por la Paz en un mundo en guerra. Él siempre tenía esa confianza, que iba a llamar a la conciencia de quién gobierna para que, en lugar de seguir con la guerra construyan la paz. Ese era Francisco, así que sentimos mucho su partida. Vamos a orar por él”, cerró.

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