
Un siniestro fatal sobre una ruta que atraviesa Misiones impacta, pero la conmoción en general vivida ayer por el despiste del colectivo en San José, es difícil de dimensionar. Debieron pasar muchos años para que una tragedia con muchos fallecidos ocurra en la tierra colorada.
Ayer, antes de las 13, el micro que trasladaba a 52 trabajadores misioneros, recolectores de resina de pino, entre otras actividades relacionadas, hacia Virasoro habría sufrido un desperfecto en el tren delantero en la ruta nacional 14, que provocó que la rueda derecha se rompiera, mordiera la banquina y ya fuera de control, el transporte volcara en una pendiente en descenso, atravesando por completo el ancho del asfalto hasta caer en el barranco. El saldo fue la muerte de siete trabajadores y múltiples heridos, algunos de ellos hoy peleando por su vida.
“Fue algo que pasó en un segundo. Con todos los compañeros que viajábamos, escuchamos la explosión de una de las ruedas del colectivo, empezó a matarse y a doblarse las curvas en medio de la ruta, ahí se despistó contra la banquina y cayó en un barranco”, dijo Carlos Alberto Campos, pasajero y sobreviviente de la tragedia en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones.
El trabajador, oriundo de Campo Grande, subió junto a su hijo al colectivo a las 11.45, sin saber que minutos después se iba a encontrar con la tragedia. Tras el despiste, “escuché a los compañeros que gritaban y pedían auxilio. Y yo también tuve unos golpes, ahí empecé a llamar a mi hijo y no me contestaba. De repente me contestó, ya estaba afuera por suerte”, aseguró.
En medio del shock del momento, entre sus compañeros, algunos atrapados pidiendo ayuda y otros ya sin vida, Carlos atinó a buscar a su hijo. “Quería saber en ese momento cómo estaba porque también pensé en la madre, para ella es todo, entonces saber que él estaba bien fue lo más importante para mí. Sentí alivio, fue como que reviví de nuevo, pero en ese momento me quedé medio traumado porque he visto a todos mis compañeros, que viajaban conmigo al lado, muertos”, lamentó.
Tras chequear que su hijo estaba bien, Carlos ayudó como pudo a algunos compañeros a salir. El trabajador sufrió una fractura de brazo y golpes en la espalda y en el cuello, “quería hacer un esfuerzo para ayudar y sacar a mis compañeros que estaban bastante apretados entre medio de los hierros y los asientos, pero no pude porque yo también estaba mal”, dijo.
“Agradezco a Dios que estoy vivo y parado, esta es una historia que puedo contar a mi familia, a mis amigos, y que nunca pensé que me iba a suceder“, agregó quien lo vivió en primera persona.
Por otra parte, Carlos contó el golpe que significó esta tragedia, ya que “éramos un grupo unido. Una vez que no vamos a trabajar al campo, después nos reunimos todos, es como una familia”, expresó, y lamentó la pérdida de una amigo suyo, oriundo de San Pedro.
Y, por último, recordó que el colectivo hace un extenso recorrido por Misiones porque “somos un grupo que viene desde San Pedro, San Vicente, Tobuna, Cruce Caballero, Dos de Mayo, Aristóbulo, Campo Grande, y sigue exclusivamente hasta Cerro Azul juntando gente, ahí subió el último personal”.
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