La producción de carne sufrió una caída significativa, mientras que los precios en las góndolas aumentaron drásticamente. A su vez, los cortes más populares, como el asado, comenzaron a escasear, y las expectativas de los consumidores sobre la disponibilidad de carne de calidad se podrían ver “comprometidas”. al menos durante este fin de año.
Así lo anticiparon Gabriel Vidal Rodríguez, gerente de ventas de la Cooperativa Virgen de Fátima y Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), quienes fueron los primeros en anticipar a FM 89.3 Santa María de las Misiones la crisis que atraviesa este importante sector económico del país.
La “disminución del stock de hembras, esenciales para la reposición del ganado, dejó una marca profunda en la industria” (afectando tanto la oferta interna como las exportaciones de carne argentina), aseguró Schiariti en el panorama y balance del año que bridó a la radio de PRIMERA EDICIÓN.
Según el dirigente, uno de los factores más determinantes en la caída de la producción de carne fue la severa sequía que azotó a Argentina durante el año 2023.
Esta sequía, que fue una de las más graves en décadas, afectó a todo el sector ganadero. La falta de lluvias provocó una escasez de pasto y forrajes, lo que dificultó la alimentación de los animales. Como resultado, “la producción se redujo drásticamente, con una pérdida estimada de al menos 750 mil terneros y una faena de alrededor de un millón de vacas para que no se murieran en el campo; es decir, se achicó el stock de hembras”, acotó.
“Independientemente de la presencia que tuvo en nuestras vidas la carne vacuna hace algunas décadas, cuando se comía un churrasco todos los días, hoy las condiciones de vida llevan a que la gente no consuma en menor medida”, dijo.
En tanto, en la provincia de Misiones, esta crisis en el stock se reflejó en un aumento de hasta el 30% en los precios de la carne en las góndolas, lo que afectó directamente al bolsillo de los consumidores.
Además, tal como se mencionó más arriba algunos cortes muy demandados, como el asado, comenzaron a escasear.
El comerciante aseguró en ese sentido que aunque se notaron ciertas señales de mejora hacia finales de este año porque se logró “controlar la inflación”, el desabastecimiento de ciertos cortes podría seguir siendo una preocupación constante.
Y en ese contexto, el asado, uno de los pilares de la cultura gastronómica argentina, se convirtió en esta semana previa a la Navidad y al fin de año un producto difícil de conseguir.
“Son fechas claves, hay una demanda fuerte de ciertos cortes; se compra mucho y estamos con un faltante importante de asado. Va a ser un año complicado para cumplir con la demanda de ese corte”, recalcó Vidal Rodríguez.
Precios y consumo
La crisis en la producción de carne no solo tuvo un impacto negativo en la oferta interna, donde el consumo también se desplomó 11% este año, sino que también estuvo acompañada por un aumento significativo de los precios.
Asimismo, Miguel Schiariti explicó que, además de la caída en la producción local, los precios internacionales también influyeron en el mercado interno.
“Estuvimos vendiendo carne a China a un 22% menos de lo que vendíamos el año pasado, y los precios en otros mercados internacionales también siguieron en descenso”, detalló. La competencia global en los mercados de carne también afectó a las exportaciones argentinas, lo que contribuyó a la presión sobre los precios internos.
En cuanto al consumo interno. el aumento de los costos de producción, impulsado por la escasez de ganado y la dificultad de mantener a los animales debido a la falta de forraje, resultó en precios más altos en las carnicerías y supermercados.
“En 2024, tras la gran sequía del año anterior, nos quedamos con un stock de carne reducido y una producción que no alcanzó a cubrir la demanda”, comentó Schiariti. Además, de acuerdo a los dichos de Vidal Rodríguez, el aumento en el precio del ganado en pie, impactó directamente en el costo final de la carne que llegó a las góndolas.
“Hace unas tres semanas el aumento promedio fue de entre el 15% y el 18% del ganado en pie, que trasladado al precio de la carne en la góndola significa un 25% o un 30%”, contó el gerente de la Cooperativa Virgen de Fátima.
“La gente agregó carne de pollo y cerdo a su dieta”
Durante la extensa charla que brindó Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina para contextualizar la caída en el consumo de carne vacuna, que para él no responde a una “catástrofe” sino a cambios de hábitos en el consumo de carne en el país.
De acuerdo a lo dicho por Schiariti, a pesar de la histórica importancia de la carne vacuna en la dieta argentina, en los últimos años se observó un cambio en los hábitos de consumo.
“Las especies porcinas y aviares, gracias a avances en la genética y en productividad, se hicieron más accesibles económicamente para los argentinos. En los últimos 10 a 15 años, la cría de cerdos y pollos aumentó considerablemente, lo que permitió que los precios de estos productos fueran más bajos en comparación con los de la carne vacuna. Un ternero después que nace necesita entre 15 y 18 meses para llegar al mercado, mientras que una cerda produce hasta 30 lechones por año y quienes están faenados y en el mercado en tan solo 180 días”, explicó Schiariti, subrayando las grandes diferencias en la eficiencia productiva entre las diferentes especies.
Diferencias
Estas diferencias en la productividad explican, según él en parte por qué la carne vacuna, que siempre fue un producto central en la dieta argentina, comenzó a ser menos consumida para muchas familias.
La misma comparación la dio con la carne de pollo: “Una gallina pone 150 huevos al año y esos animalitos están a los 60 días en el frigorífico después de haber comido un kilo 800 de alimentos”, comparó Miguel Schiariti sobre la productividad de cada una de las especies para validar que el precio de la carne vacuna sea mucho más elevado que el precio de las demás carnes.
Por esa misma razón, tanto para Vidal Rodríguez como para Schiariti, la industria de la carne argentina, con una tradición histórica conocida por su calidad y producción, enfrenta este 2025 un futuro complejo que dependerá de cómo logre adaptarse a las nuevas realidades del mercado local e internacional.
APOSTILLAS
Desplome
La crisis en la producción de carne tuvo un impacto negativo en la oferta interna, donde el consumo también sigue cayendo y este año se desplomó 11%.
Reducido
En este 2024, tras la gran sequía del año anterior, el sector se quedó con un stock de carne reducido y una producción que no alcanzó a cubrir la demanda.
Faltante
En ese contexto, el asado, uno de los pilares de la cultura gastronómica argentina, se convirtió en esta semana previa a la Navidad y al fin de año un producto difícil de conseguir.
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