Desde los rincones fríos de Santa Cruz hasta el cálido corazón de Misiones, Alicia del Valle y su pareja emprendieron un viaje que cambiaría sus vidas y la de una persona más para siempre.
Los casi cuatro mil kilómetros recorridos no fueron un obstáculo, sino una muestra de la inmensidad de su amor y compromiso. En ese largo trayecto dejaron atrás momentáneamente su hogar y trabajos para abrazar un sueño: darle una familia a un niño que esperaba ser amado.
En un testimonio lleno de emoción, Alicia relató cómo se convirtió en mamá de un pequeño que se encontraba en la tierra colorada, después de atravesar un proceso cargado de ansiedades y esperanzas.
“Después de algunos intentos, decidimos inscribirnos en el RUA (Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos) que nos corresponde en Río Gallegos. Queríamos darle una familia a alguna personita, porque hay tantos chicos...”, reconstruyó en diálogo con 89. 3 FM de las Misiones y Canal 9 Norte Misionero.
Tras cumplir con el protocolo necesario, llegó la llamada decisiva desde Misiones que les cambió la vida. “ Yo atendí y acá estamos”, marcó.
El primer contacto con su hijo estuvo lleno de emoción y simbolismo. Alicia recordó: “En la segunda videollamada, él nos hace con la mano un tres. Mi pareja le preguntó qué significaba, y él dijo: ‘Somos tres. Ustedes y yo somos tres’. Fue una alegría y una emoción inmensa”, contó.
El proceso, aunque rápido en comparación con otros casos, llevó casi un año. Según Alicia, el hecho de haber ampliado el rango de edad para la adopción facilitó el trámite. “Él tiene ocho años. Cuando se trata de bebés, hay muchas más personas en lista de espera”, explicó.
Alicia es ama de casa y su pareja trabaja en una empresa. Ambos tuvieron que tomarse una licencia para poder cumplir con uno de los pasos más importantes y emocionantes de la vinculación: conocer a su hijo de manera presencial.
El vínculo entre ellos fluyó de manera natural, y la primera reunión presencial marcó un antes y un después. “La ansiedad y las emociones son inmensas. Cuando estamos acá, personalmente, todo es distinto. Ha sido muy natural”, expresó.
El niño, ahora parte de su familia, también manifestó su curiosidad por el nuevo hogar. “Nos preguntó por la nieve. Le contábamos que donde vivimos hay nieve, pingüinos y ballenas. Eso le llamó mucho la atención. Pero siempre recalca que somos tres; eso, para él, es su familia”, dijo Alicia conmovida.
La familia está ansiosa por recibir al pequeño. Alicia describió cómo lo esperan sus seres queridos: “Es impresionante cómo lo esperan. Hay abuelos, tíos, primos. Incluso los sobrinos más chicos ya le están mandando audios, presentándose”.
Sobre el proceso de adopción, Alicia reconoció que fue complejo, pero alentó a otras familias a intentarlo: “Es muy engorroso, muy burocrático. Pero vale la pena. Es una experiencia tan humana, poder brindar una familia a alguien que no la tiene, cambiarle la vida a un niño de cualquier edad”.
Al recordar el momento de mayor emoción, Alicia compartió: “Creo que mi pareja fue el primero en llorar. Yo intentaba contenerme”.
Por ahora, la familia permanecerá unos días más en Misiones para completar la vinculación antes de regresar al sur.
La entrevistada no pudo evitar compartir con una sonrisa al contar cómo se vivirá el fútbol en su nueva familia. “Acá está todo de Boca, todos los abuelos, los tíos, hinchas de Boca, y pareciera ser que él (su hijo) es de River”, expresó. ” Ya nos imaginamos que habrá algo de división en los domingos familiares, pero será un tema para resolver en el futuro”, agregó entre risas.
A pesar de los desafíos, Alicia envió un mensaje alentador a quienes están considerando adoptar“. “Lo que quiero dejar como mensaje es que se animen a hacerlo. Todo se va dando y acomodando”, concluyó emocionada.
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