Un dato por demás triste y preocupante se dio a conocer esta semana, ya que la pobreza en nuestro país alcanzó al 49,9% de la población en octubre de 2024, según un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA). La indigencia, por su parte, afecta al 12,9% de los argentinos, reflejando un incremento frente al tercer trimestre de 2023, cuando la pobreza era del 44,7%.
Aunque las cifras muestran una leve mejora desde el pico de 55,9% en el primer trimestre de 2024, siguen siendo preocupantes, especialmente al compararlas con los niveles previos a 2020.
El informe, titulado “Deudas sociales en la Argentina del siglo XXI (2004-2024)”, fue presentado por Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), quien calificó la situación como un “agotamiento del modelo político y económico”.
Como si fuera poco, la pobreza infantil sigue siendo el índice más crítico: 65,5% de los niños y adolescentes de 0 a 17 años son pobres, y 2 de cada 10 viven en la indigencia. Este panorama no ha parado de empeorar desde 2018, donde se refleja el impacto sostenido de la crisis económica.
Con estos datos que esconden una penosa realidad Argerntina, Diego Bustamante, Director General y Fundador de Pata Pila, una organización sin fines de lucro que desde 2015 está comprometida en resolver los problemas que afectan a familias en pobreza extrema y estructural en Argentina, brindó su visión personal y digerencial, tras conocerse estos números de la pobreza en en el país.
Al comenzar su reflexión en diálogo con FM 89.3 Santa María de la Misiones Bustamante remarcó que “nunca tenemos que olvidar que detrás de las estadísticas, son personas y dentro de la vida de la gente que tiene que vivir en situación de pobreza, cuanto aún más preocupante es el tema de los niños; y si te pones a ahondar en el enfoque que tiene el análisis de pobreza de la UCA, cuando habla del aumento de la pobreza en niños y adolescentes, lo veo con mucha preocupación”.
“Me dedico a esto hace diez años y Pata Pila trabaja con niños, mujeres y adolescentes; y si bien trabajamos en lugares de pobreza muy estructural; en algunos contextos se agudiza aún más el problema que vive de manera diaria la familia”, recordó.
El responsable de esta ONG, es por demás una voz autorizada a la hora de reflejar la pobreza en distintos puntos del país, con el foco puesto en niños y adolescentes, en lo que se refiere a la alimentación, educación, salud y acceso a las necesidades básicas de un ser humano, entre otras aristas escenciales para el crecimiento y desarrollo de las personas.
Por ello contó desde su experiencia personal que “con Pata Pila arrancamos con el tema de la detección de la desnutrición infantil y la malnutrición infantil; a sabiendas que en los menores de 2 y 5 años vivir ese proceso de desnutrición, en muchos casos se lleva hasta la vida; y hubo miles de muertes infantiles prevenibles en el Norte argentino; y en otros casos les afecta a su cerebro y su desarrollo”.
“Son niños que ya llegan a la escuela con menos oportunidades de desarrollo, con más problemáticas, con más límites y ahí vemos la repitencia, la incapacidad para retener información, sociabilizar; y en algún punto es como un mal silencioso que se lleva puesto el crecimiento y el desarrollo de los niños”, se lamentó, en referencia a la desnutrición y a la malnutrición infantil.
En otro tramo de la charla, y desde Salta este incansable luchador por los derechos de los niños, adolescentes y de sus familias en general, hizo saber que “cuando hablamos de porcentaje de pobreza, dentro de ese porcentaje hay un montón de gente que está rota; y ese es el gran problema que tenemos en la Argentina”.
Para luego, con mucha indignación y un dejo de bronca remarcar: “seguimos sosteniendo un país que pareciera que está condenado a tener la mitad de la población en situación de pobreza; es una locura, un escándalo”.
En medio de esta cruel realidad que vive el país y sin ningún aspecto claro que refleje una mejoría, destacó que “si hay algo que tiene la gente más pobre es la capacidad de aguantar, de empujar, de seguir creyendo y soportar un montón de cosas. La paciencia que tiene, muchas veces se confunde con resignación, pero es la paciencia de ser humilde”.
Además y a modo de refuerzo de sus propias palabras de “gente rota” debido a la pobreza estructural en la Argentina, Bustamante reiteró: “hay un ejército de gente dañada por el hambre, por vivir años en pisos de tierra, sin baños, sin acceso a oportunidades, por no terminar de saber leer y escribir, por el narcotrafico, por el avance de este flagelo, por el consumo problemático; esto se debe a falta de estrategias, acompañamiento, presencia, dispositivos de prevención y oportunidades”.
El propósito de Pata Pila
Combatir la desnutrición infantil e integrar a las familias y comunidades al sistema público-privado, generando oportunidades de desarrollo económico y trabajando activamente en la restitución de derechos como salud, identidad, vivienda digna y acceso al agua potable.
En la actualidad esta ONG trabaja en forma activa en Salta, Buenos Aires, Entre Ríos y Mendoza. Asimismo posee varios ejes de trabajo y programas como ser nutrición, oficios, acompoñamiento hospitalario, acompañamiento escolar y hogares, entre otros. Los interesados en conocer más sobre esta ONG, pueden ingresar y también sumarse y/o ayudar a través de: www.patapila.org.
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