Se acerca la temporada de verano y, con ella, la época en la que el sol brilla con más intensidad. Más allá de que tengamos mayor o menor preferencia a exponernos a nuestra “estrella madre” y a tomar color más bronceado, conviene estar alertas para que la radiación ultravioleta que emite no se conviertan en un problema sanitario para nuestra piel.
Por eso la FM 89.3 Santa María de las Misiones aprovechó una entrevista con el dermatólogo Germán Galimberti (matrícula nacional 99605), quien recientemente visitó la provincia para una campaña solidaria de detección y tratamiento de cáncer de piel en Leandro N. Alem, para consultarle sobre las medidas de protección y prevención a tener en cuenta en los próximos meses.
Galimberti, especialista en Dermatología Quirúrgica y Cáncer de Piel, Oncología Cutánea y Cirugía Micrográfica de Mohs, remarcó que el protector solar “es una medida importante, pero no la única”: hay que recordar siempre que se trata solo de un filtro, pero “no es que me habilita a que me tire de las 12 del mediodía a las 2 de la tarde al lado de la pileta”, graficó.
Cómo saber cuándo exponerse
Un tip básico que debemos antes de salir al aire libre es fijarse en el índice de rayos UV, que podemos encontrar de forma sencilla en nuestro propio celular, pulsando en la aplicación que muestra la temperatura actual. Allí sabremos si la radiación en ese momento es baja, moderada, alta o muy alta; y en función de eso sabremos qué nivel de protección debemos adoptar en cada ocasión.
Al mismo tiempo, existe una regla no escrita que marca que “cuando la sombra de nuestro cuerpo es más corta que nuestra altura, es cuando más cuidado debemos tener con el sol”. No obstante, a ello hay que agregarle otros factores. Por ejemplo, “sabemos que el agua y la arena reflejan la radiación ultravioleta: no solamente el calor que puede producir, sino que la radiación es doble”.
“Una de las cosas que le repetimos a los pacientes es que si te pusiste rojo o te estás bronceando después de la exposición, algo no estás haciendo bien: quiere decir que algunas conductas que tuviste -aun usando protector o estando en la sombra- está fallando”, acotó Galimberti.
Por el contrario, tampoco es tan drástico como decir que “si tengo antecedentes de cáncer de piel, nunca más voy a la playa: puedes ir a la playa perfectamente, pero buscando horarios adecuados en los que pueda estar expuesto. Porque si no, se genera una población con mucha fobia y no quieren caminar por una vereda de sol y van cruzando por sombras. Me parece que ahí no está la solución: la fotoeducación es fundamental”.
Hábitos saludables
- Utilizar ropa adecuada en caso de tener que exponerse al sol en las horas de mayor radiación
- Usar sombrero: me protejo mejor y encima me tengo que poner menos protector
- Ponerse el fotoprotector media hora antes de la exposición solar, para que se asiente bien
- Ir chequeando cada tanto cómo va reaccionando mi piel: si se enrojece, si transpiro o me mojo y necesito reponer el protector
- Hoy hay fotoprotectores orales: podemos tomar como complemento complejos vitamínicos que son antioxidantes y pueden también frenar el daño del sol
- Si se siente irritación en los párpados o los ojos por su uso, consultar con el dermatólogo cuál es el fotoprotector adecuado para cada una de nuestras necesidades
Bioprotección
Por último, mencionó Galimberti que hay protectores solares que no tienen como única función protegernos del sol, sino que los hay que tratan el envejecimiento, que ayudan a eliminar manchas en la piel, para tratar alergias o reacciones inflamatorias.
La entrada Cáncer de piel: cuáles son las mejores formas de protegerse del sol se publicó primero en Primera Edición.