El ingreso de yerba mate canchada, y procesada proveniente de Brasil y Paraguay acentuó la preocupación del sector productivo de la provincia, que ya debe lidiar con las consecuencias de la desregulación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
En ese marco, el diputado provincial y expresidente del INYM, Juan José Szychowski, explicó, en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones y Canal 9 Norte Misionero las consecuencias que tendrá en el pequeño productor la importación de materia prima y la “liberación” del mercado de la yerba mate.
“En un mercado perfecto, como puede ser un restaurante, donde vos vas al que vos quieras hay competencia (…), si no te gusta uno, vendés a otro, vendés el mercado interno, vendés en el mercado externo. Hay competencia perfecta, quiere decir que se rige por la ley exacta de la oferta y la demanda”, ejemplificó.
No obstante, indicó que también existen mercados imperfectos, como es el caso de la yerba mate, donde el mercado es “oligopsonio”, es decir, que hay muy pocos compradores y muchos vendedores.
“Si dos o tres empresas traen yerba importada y derrumban el precio, significa que tiene un poder dominante, un poder concentrado. Esto quiere decir que es un mercado imperfecto, hace falta la intervención del Estado para que no se importe yerba y se cuide a los productores”, reflexionó.
Para reforzar este concepto, Szychowski informó que, del total de las importaciones de los últimos tres o cuatro meses, un 50% lo trae una empresa correntina y un 25% o 30%, una empresa misionera.
“Todos creo que coincidimos y estamos de acuerdo que queremos un Estado que sea eficiente, que intervenga lo menos posible en la actividad económica, que sea un facilitador de toda la actividad económica, que ayude a los distintos industriales, a los pequeños productores a desarrollarse e intervenga lo menos posible. Todos coincidimos en esto, pero hay mercados que son especiales”, reiteró.
Repetir la historia
Durante la charla, el extitular del INYM hizo un repaso histórico de la producción yerbatera en Misiones, de cómo la misma contribuyó a conservar la soberanía sobre el territorio y cómo fue necesario regularlo para su preservación.
Inicialmente, para adquirir los títulos de propiedad, el Estado obligaba a los inmigrantes recién llegados a plantar yerba para generar arraigo a través del cuidado de la planta y crear una primera línea de defensa ante el avance de los bandeirantes al territorio provincial.
El inconveniente surge porque el país se abastecía del mercado brasileño y los productores locales no tenían compradores para su yerba, algo que impulsó la primera regulación yerbatera en la década de 1930. En los noventa, durante el mercado yerbatero fue nuevamente desregulado y ocasionó la movilización de los colonos en el histórico “tractorazo”, que culminó con la creación de la Ley Nº25.564 que impulsó la conformación del INYM.
“Volvemos a repetir la historia de 1935, la historia de los 90, volvemos a caer en esto. La confrontación de un modelo que trata de traer la yerba lo más barata posible, sin ningún control de calidad, dejando de lado a los pequeños productores y a la industria nacional, a los pequeños productores, a la industria pequeña que trata de desarrollarse”, apuntó Szychowski.
Calidad del producto
Además de lo económico, los productores apuntan contra la calidad del producto que ingresa de Paraguay y Brasil. El diputado provincial asegura que en la provincia se trabajó arduamente y por años, para lograr la excelencia que caracteriza a la yerba misionera y que es reconocida por los mercados internacionales.
“La normativa controla la calidad física de la yerba, es decir, cantidad de palo, cantidad de hoja; el código alimentario nos pone unos límites y unos porcentajes, otra parte nos habla a los factores microbiológicos que tiene también que tener la yerba y luego la normativa del MERCOSUR nos habla de los metales pesados, los contaminantes estos que también son muy preocupantes”.
Estos parámetros son respetados en la producción local, algo que enorgullece a los yerbateros, ya que es producto de muchos años de trabajo mancomunado y responsable entre la producción, la industria y el INYM.
En contraste, gran parte de la yerba que traen desde los países vecinos no cumple con estos parámetros en sus cargas.
“Entonces, no podemos nosotros dejar que esta yerba arruine nuestro prestigio, ponga en riesgo la salud de los consumidores y también que, aparte, destruye la industria nacional”, finalizó Szychowski.
La lucha por un precio justo de la hoja verde
La apertura a las importaciones se suma a la eliminación de las facultades del INYM, por parte del Gobierno nacional, a través del decreto 70/23, en la que le quita la potestad a la entidad de fijar un precio mínimo de la hoja verde.
Los bajos precios de materia prima que manejan los mercados de Paraguay y Brasil desplomó el valor de la hoja procesada local, que ya se encontraba estancado.
“El pequeño productor necesita un precio mínimo, que le dé cierta garantía de poder pagar sus costos, de poder vivir, de mandar a sus hijos a la escuela y si no tiene que abandonar esta actividad, ya lo vimos. ¿Qué pasa? Abandona actividad, cae el precio, vende la tierra, tres o cuatro se apropian de todo el territorio y se vuelve a repetir la historia, por eso estamos tan preocupados”, apuntó Szychowski. No obstante, se mostró optimista ante los reclamos que elevó el Gobierno de la provincia a la Nación.
“Tenemos que entender que la gente votó un modelo económico que nosotros tenemos que respetar y apoyar y que es un modelo que lo que busca es que no haya más trabas, que el Estado no trabe, que no sea burocrático, que sea eficiente, que deje que las empresas se desarrollen”, reflexionó.
“Pero esta es la visión global, dentro de esta visión general, hay cuestiones particulares. La yerba mate es un caso, obras sociales otro caso. Entonces, atendiendo a la generalidad, hay que ver las cuestiones puntuales y hacerle saber al Gobierno nacional que estas situaciones necesitan de un Estado presente”, remarcó.
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