Luego de casi cuatro años de sequía prácticamente de forma continua, las lluvias le dan respiro a la producción pero las altas temperaturas asoman como un problema frecuente de cara a los próximos meses u años.
Las altas temperaturas fuera de la estación veraniega afecta al suelo y en parte a la producción aunque los expertos y productores destacan que este contexto es más propicio que el del fenómeno de “La Niña”.
José Olinuk, agrometeorólogo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Cerro Azul, dialogó con FM de las Misiones sobre el cambio climático y su impacto en los diferentes sectores de la producción.
“El clima se está presentando en los últimos últimos años ya con un valor que nos sorprende desde la sequía que tuvimos durante cuatro años prácticamente fue una situación récord que jamás habíamos vivido. La Niña y El Niño son fenómenos que siempre tuvimos y se habían registrado en la antigüedad y es como que ahora se potencian con el tema del calentamiento global y la frecuencia”, comenzó diciendo.
Asimismo, agregó: “También vemos valores de lluvia muy cambiantes, el promedio de las máximas del mes de septiembre fue récord para nosotros, pero no la máxima absoluta. La máxima absoluta que tuvimos en este mes de septiembre fue de 36,4ºC , pero ya tuvimos en 2020, 38ºC “.
En este contexto, remarcó la aparición y extensión de las altas temperaturas fuera de lo normal. “Lo que este año sí vivimos fueron muchos días con temperaturas muy elevadas que superaron los 30/35 grados, lo cual en consecuencia es el promedio de las más elevadas de la historia. Eso hizo que por ejemplo hasta la temperatura del suelo aumente”, indicó Olinuk.
La producción local, se ve beneficiada dentro de todo debido a que las lluvias trajeron tranquilidad a un campo totalmente en crisis por la sequía.
“Dentro de los niveles que tenemos todavía de lluvia y temperatura en general los cultivos respondieron bien, la yerba mate, el sector forestal, sector pastura se encuentran muy bien porque ya se aumentaron la producción. Afecta cuando no hay precipitación y cuando está seco, cuando hay humedad las plantas tienden a ser más resistentes”.
Además agregó: “El té muy sensible a las heladas y que este año no hubo ni en el mes de septiembre ni en agosto”.
La ganadería, por su parte venía de un contexto muy difícil, donde le faltaba agua tanto para los animales como para las pasturas y si habían helada se dañaba, generando un segundo problema.
“Ahora todo lo contrario, hubo humedad e hizo que vuele el crecimiento”, señaló el agrometeorólogo.
“Esto es como que se normalice, pero tenemos que tener presente que la sequías normalmente van a volver y las heladas también. Lo que no era normal es que cuatro años seguidos tengamos problemas, que un año tengamos sequía que es el fenómeno de la niña es algo que aconteció siempre, lo que fue muy anormal fueron los cuatro años seguido. Esto es terrible porque no le da tiempo a recuperarse a un productor”, sostuvo.
Por último, contó que desde el ámbito local de nuestro país se trabaja en la producción de semillas resistentes a la sequía y que hasta ya se está aprobando en otros países del mundo.
“Hay cultivos creados mejorados a nivel nacional justamente estaba leyendo hace poco cultivos, por ejemplo de trigo que están aprobando en algunos países de afuera y que fue creado en nuestro país donde tienen resistencia a la sequía, una resistencia abierta. Es una respuesta que se da justamente al cambio climático y que sí que surgió incluso desde nuestro país, donde es algo muy interesante porque si tenemos en cuenta cultivos como el trigo son uno de los cultivos junto al maíz y las hojas que a nivel países que son los cultivos más que generan divisas”.
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