
La comunicadora televisiva Viviana Canosa provocó un fuerte cimbronazo en los últimos días con sus denuncias mediáticas acerca de presuntos casos de trata y abusos sexuales de menores, con vínculos en Misiones. Una “visibilización” que no cayó nada bien en los especialistas abocados a la materia, no porque se pretenda negar la existencia de ese flagelo, sino porque ese tipo de “revelaciones” no contribuyen a combatirlo.
“Si alguien tiene pruebas o sospechas, lo primero que tiene que hacer es denunciar ante la Justicia“, porque hacerlas públicas “no ayuda” a las investigaciones sino, bien al contrario, “pone en riesgo a las víctimas”, advirtió este martes Sandra Barrios, referente de la Red Alto al Tráfico y la Trata (RETT) en la provincia, en diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones.
Durante la entrevista remarcó que este flagelo “realmente nunca paró” en la tierra colorada y “para nosotros es moneda corriente: Misiones, como siempre dije, es la ‘zona roja’ cuando hablamos de trata de personas”, pero el hecho de que se mediatice la cuestión o que se emitan denuncias con o sin sustento “no facilita a quienes hacemos las investigaciones o en el caso de la Justicia cuando tiene que actuar, porque de alguna manera se está ‘informando’ a los que están dentro de las redes de trata, van abriendo el paraguas y van cuidándose”, remarcó.
“Muchas veces me preguntan: ¿por qué no cuentan cuando hay casos o cuando se encuentra una red? Y es porque en realidad no se puede, porque lo primero que tenemos que hacer es poner en resguardo a la víctima y a partir de ahí recién comienza todo el gran trabajo de investigación para desbaratar la red. Pero si estamos advirtiendo y de una manera tan mediática, entonces estamos poniendo todo en riesgo”.
Por eso, Barrios aconsejó que “si cualquier persona, sea Viviana Canosa o quien fuere, tiene algún dato, ha visto algo o presume algo, lo primero que tiene que hacer es presentarse en la Justicia, informar y hacer las denuncias correspondientes, si tiene pruebas mucho mejor; y también llamar a la Línea 145, la PROTEX, que es el organismo máximo en la Argentina sobre trata y tráfico de personas”.
“Zona caliente”
Consultada por la radio de PRIMERA EDICIÓN, Sandra Barrios precisó que las zonas más “permeables” a la Trata en Misiones son “Bernardo de Irigoyen, San Javier, San Vicente, Aristóbulo del Valle… Las zonas más “calientes” son las fronterizas, que les facilitan el cruce. No es que sean en sí donde más niños o niñas lleven, sino que son las más fáciles de trasladarlos“.
De todas formas, el problema “no es solamente en Misiones: también tenemos provincias como Formosa, Salta, Santiago del Estero, La Rioja, sobre todo aquellas que somos de frontera, pero Misiones es una de las más codiciadas para las redes de trata por el crisol de razas que tenemos acá y porque todos los cruces clandestinos que tenemos les facilita el traslado de las víctimas”, explicó Barrios.
“Cuando los medios nacionales que estuvieron aquí me entrevistaron, les pregunté -o sea, pregunto en general- si realmente quieren que esto se sepa a fondo o si es un show mediático, porque no es la forma de actuar. Es horroroso la manera en que se están manejando, porque a la larga vamos a decir: y al final ¿qué pasó con todo?”.
Sociedad temerosa
Barrios se mostró también contrariada por el escaso involucramiento de la comunidad ante el flagelo de la trata de personas.
“En el caso de Oberá específicamente, me preocupa mucho la sociedad porque es como que está naturalizado. Yo crecí sabiendo o escuchando que se venden niños, por ejemplo, y hoy en día uno lo sigue escuchando y es como algo natural”, lamentó.
“Y con el tema de la pedofilia, también: si uno recorre los lugares y se pone a conversar con las personas, o me ha pasado también a través de las redes sociales, te empiezan a contar como si fuera algo natural que en tal o cual lugar o en tal o cual barrio venden niños o se ejerce la prostitución o casos así”, agregó.
“Es cierto también que cuando hablamos de trata y tráfico de personas la gente tiene miedo a denunciar, porque lo relaciona con que ‘me van a secuestrar, me van a matar’, y no es así: la Línea 145 es anónima y gratuita, donde pueden hacer denuncias de casos ya concretos o de posibles casos, no importa si no están seguros. Igual hay que denunciar porque acá hay vidas que están en riesgo“.
Sin embargo, el caso Loan marcó en cierto modo un antes y un después: “Notamos mucho que la sociedad empezó a tomar conciencia de que es real, de que la trata de personas existe, que están entre nosotros, entonces ahora sí colaboran. Nos hemos dado cuenta, por ejemplo, de que cuando se comparte en las redes que desapareció alguna niña, un niño, una mujer, antes eran horrorosos los comentarios que hacía la gente, ahora lo comparten, colaboran, lo toman más en serio“, se ilusionó.
En cualquier caso, admitió también que desde el Estado “hace falta mucho más control, es muy poco lo que se hacía y lo que se sigue haciendo. No tenemos realmente personas que estén capacitadas, por ejemplo, para la asistencia a una víctima de trata. Y también en el momento del rescate, cómo actuar con la víctima, porque si no, se hacen todos los trámites judiciales y la mandamos a la casa otra vez, cuando en realidad hay mucho trabajo detrás. Esa no es la forma de actuar: esa víctima tiene que estar en resguardo inmediatamente, hay que asistirla psicológicamente, la contención es diferente”, explicó.
En las mismas comisarías, describió, “cuando va alguien a hacer la denuncia de que desapareció un familiar o una persona cercana, te toman la denuncia como desaparición de persona y eso nos traba muchísimo el trabajo de investigarlo como Trata, por eso siempre estamos pidiendo que, aparte de ‘desaparición de persona’, pongan ‘posible trata’, así nos queda esa puertita entreabierta, sobre todo aquí en una provincia de frontera que cuando una persona desaparece no sabemos si se fue a la casa de la amiga o del noviecito, o si la secuestraron”.
La entrada Trata de personas: “Las denuncias mediáticas ponen en riesgo a las víctimas y las investigaciones” se publicó primero en Primera Edición.