Tras una caída de ventas del 40% en el verano, las panaderías respiran con el otoño


El cambio de clima encendió las expectativas del sector panadero. Tras un verano “muy largo y caluroso”, con ventas que llegaron a caer un 40%, desde el Centro de Industriales de Panaderos aseguran que los primeros fríos ya generaron un impacto positivo. “Recuperamos automáticamente un 20% en las ventas con los primeros vientitos”, expresó Omar Acosta, vicepresidente de la entidad, en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones.

Acosta explicó que el rubro panadero es cíclico y su “cosecha” llega con el frío. “Lo pide el mismo organismo: la gente quiere chipitas, facturas, algo dulce para el mate o el té”, señaló. Si bien el calor puede ser agradable para muchos, remarcó que para el sector “es perjudicial”.

Durante los meses de calor y con la falta de dinero circulante, el consumo cayó de forma marcada. “Las ventas bajaban un 20% por el calor, y otro 20% por la falta de plata. Con este cambio de clima ya respiramos”, afirmó el referente panadero.

A pesar del repunte en las ventas, Acosta advirtió que algunos insumos básicos registraron aumentos importantes. “El huevo, que está en todos los productos dulces, tuvo un incremento fuerte. Dicen que no hay por la Pascua, pero no sé si es que falta o que simplemente sube por las fiestas”, explicó. También señaló que otros productos como la crema de leche están escaseando, algo que considera habitual en esta época.

Por el contrario, la harina se mantiene estable, lo cual facilitó la renovación del convenio con el Gobierno provincial para sostener el programa Ahora Pan durante tres meses más. “Este acuerdo funciona hace 7 u 8 años y da buenos resultados. Nos permite mantener el precio del pan estable y acorde a la situación”, indicó.

Pese a la caída de la actividad en verano, desde el sector panadero aseguran que se hizo un esfuerzo por no despedir personal. “Tratamos de mantener la misma gente. Es un sacrificio grande. Te gastás los ahorros, tomás créditos… cuesta, pero hay que hacerlo”, manifestó Acosta. También subrayó la dificultad de conseguir mano de obra capacitada y la importancia de formar a nuevas empleadas para que conozcan los productos y sepan vender, más allá de despachar.

 

Imagen ilustrativa

 

Con la llegada de Semana Santa, las panaderías ya elaboran roscas. “Nosotros hacemos todo el año una versión más chica que llamamos ‘matera’, para que sea más accesible”, dijo Acosta. Sin embargo, el producto estrella es la “Rosca Vieja”, rellena con pastelera y nueces, cuya masa queda muy húmeda. “Es muy rica y se vende mucho más que la rosca común”, aseguró.

El precio de la rosca tradicional ronda los 6.000 pesos, mientras que la especial cuesta casi el doble y pesa cerca de un kilo. A pesar del valor, los clientes eligen la calidad artesanal.

Una situación similar se da con el pan dulce. Según Acosta, el pan dulce especial que ofrecen desde hace años es muy buscado, mientras que el común se vende poco. “Hay mucha oferta de Buenos Aires con buen packaging, pero para que duren tanto les ponen conservantes, y eso después te cae mal”, explicó.

En cuanto al consumo de tortas, Acosta indicó que los tamaños se achicaron. “Se piden tortas para 6 o 10 personas. Antes eran más grandes las fiestas. Hoy la torta es algo simbólico, para soplar la vela”, contó. Calculó que antes se estimaban 100 gramos por persona, pero eso ya no sucede: “Una torta para 50 personas pesa 2,5 o 3 kilos como mucho”.

Actualmente venden el kilo de torta a 14.000 pesos. “Dos kilos son 28.000. ¿Qué regalás con eso hoy? Nada. Por eso la torta sigue siendo una opción barata para festejar”, sostuvo.

Sobre las proyecciones, Acosta manifestó que en el sector “siempre hay esperanza de que las cosas mejoren”. Con un plantel de alrededor de 60 personas, trabajan constantemente en innovar y crear nuevos productos. “Este es un trabajo noble y lo queremos”, remarcó.

De cara a Semana Santa, ya se preparan con sopa paraguaya, torta de choclo, las clásicas roscas y empanadas de pescado. Aunque reconoció que las fiestas ya no tienen el mismo nivel de consumo que años atrás, expresó confianza en la recuperación: “La gente viaja mucho ahora y eso también influye, pero seguimos apostando a ofrecer calidad”.

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