“Queremos ofrecer el día de mañana una yerba sin cafeína”


La secuencia del ADN humano fue descubierta por equipos de científicos de todo el mundo hace unos veinte años. El Proyecto Genoma Humano fue un esfuerzo de quince años para secuenciarlo y mapearlo por completo.

Este año, la importante novedad científica es que un joven investigador científico argentino, radicado ahora en Alemania, logró con su grupo de trabajo secuenciar el ADN de la yerba mate.

Fue una colaboración de muchos grupos e instituciones científicas tanto nacionales como internacionales. Surgió en 2013 a partir de una propuesta del Ministerio de Educación de la Nación, cuando se empezaron a secuenciar varias plantas. Primero, con una colaboración entre la UBA, la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) y la Universidad de Corrientes.

“En Argentina hay períodos donde la ciencia es más apoyada y en otros no. Este proyecto requirió el apoyo externo internacional no solo de financiamiento sino de expertise científico. Así empezamos a colaborar con grupos de Brasil, de EEUU y de Europa. Todos juntos llevamos a cabo la investigación con grandes frutos”, explicó en entrevista exclusiva con FM 89.3 Santa María de las Misiones y canal 9 Norte Misionero, Federico Agustín Vignale, de tan solo 31 años y con importantes avances académicos.

Muchos no sabrán lo que significa, pero es leer o entender el ADN de la yerba mate. Todos los seres vivos tenemos ADN, es nuestra información genética que nos habla no solo de quiénes somos en el presente sino también nos muestra nuestro pasado”, graficó.

“Para estudiar a los seres vivos, muchas veces los secuenciamos y nosotros apuntamos a la yerba mate, una infusión con muchas propiedades beneficiosas por contar con más antioxidantes que el té; tiene cafeína como estimulante del sistema nervioso central; saponinas que le otorgan propiedades antidiabéticas y anticolesterolémicas”, precisó el científico.

Vignale aclaró que con la secuencia y la determinación de las propiedades, se terminó con el mito que el mate tiene mateína. “En particular nos interesó entender cómo es que la planta producía la cafeína. El dicho popular decía que la yerba mate tenía mateína, pero esta como molécula científica no existe. La yerba tiene cafeína como el té y el café, es la misma molécula. Vimos que la planta de yerba la produce completamente distinta a como lo hacen las otras dos. Es un gran descubrimiento”, sostuvo.

Respecto al desafío que lograron concretar para la historia científica, recordó que haciendo el doctorado en la UBA allá por 2018, “me dijeron que tenía la oportunidad de liderar el proyecto, lo acepté porque el mate es algo único que representa a la Argentina en su totalidad”. 

Destacó que en lo personal “tomo mucho mate y consumí más mate a medida que avanzaban las investigaciones. Por la mañana o las tardes lo consumíamos para entender su efecto estimulante. En lo personal fue muy importante porque representa algo cultural de la Argentina y, como científico, queremos hacer algo que ayude a la comunidad, que impacte la ciencia en el desarrollo y la mejora de la calidad de vida. No se trata de algo personal”.

Por la variedad sin cafeína

A partir de la secuenciación de la especie, el doctor Vignale quiere que los tomadores de mate que deben dejar de consumir la infusión porque les hace mal la cafeína, puedan volver a hacerlo sin ese temor.

Estudiantes y trabajadores lo utilizan para no dormirse y concentrarse en preparaciones académicas y productivas. Sin embargo, hay muchas personas que podrían no necesitar esa propiedad y gustar del mate frío o caliente.

“A mucha gente cuando toma mate, le genera acidez debido a los altos niveles de cafeína. Sobre todo cuando se toma en ayunas. Otra cosa es que no está recomendado para los niños por su sensibilidad a la cafeína, que los irrita o les da insomnio”, explicó.

La próxima meta es que “el día de mañana podamos hacer una variedad genética de yerba mate que no produzca cafeína. Y se podrá vender un producto apto para todos los consumidores”, ya que “mucha gente deja de tomar mate por la cafeína, porque no le interesa el efecto estimulante, pero se está perdiendo de todos los otros beneficios que tiene la infusión como ser un genial antioxidante con vitaminas. Esa gente podría volver a consumirla”.

En este camino, la investigación necesita sponsors que por el momento no hicieron sonar ningún teléfono del equipo para ofrecer ayuda. “No hubo llamados de empresas productoras aunque es muy reciente la información. Esperamos en el año recibir bastantes comunicaciones por el desarrollo futuro que puede tener. Puede cambiar totalmente la producción de yerba mate”.

Federico Vignales aclaró que “hay que entender que las cosas llevan tiempo, porque modificar genéticamente la planta no se da de un día para otro. El INYM deberá regular esta producción y tengo optimismo que se pueda llegar a buen puerto”.

Fanático del mate

Federico Agustín Vignale es argentino, tiene 31 años y se crió en la Ciudad de Buenos Aires. De joven ya sentía una fascinación por el mundo natural por lo que, al terminar sus estudios secundarios, estudió la Licenciatura en Ciencias Biológicas en la Universidad de Buenos Aires (2012-2017). En el segundo año de la carrera, representó a la UBA en la competencia de ingeniería genética iGEM, llevada a cabo en el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), Estados Unidos. En dicha competencia desarrolló un biosensor de arsénico, que le valió una medalla de oro y una mención de estudiante destacado de la UBA en 2014. Al finalizar sus estudios de grado, realizó su Doctorado en Química Biológica bajo la supervisión del Dr. Adrián Turjanski en la misma universidad con una beca doctoral del CONICET (2017-2022).

Durante su doctorado, realizó dos pasantías en Europa, una en Cambridge, Reino Unido, y otra en Hamburgo, Alemania.

Al concluir el Doctorado, Federico se trasladó a Hamburgo, donde actualmente continúa su carrera científica en el prestigioso Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL).

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