El 2024 fue un año complejo en muchos sentidos, sobre todo en lo económico, a lo cual ningún sector escapó. Por ejemplo, la forestoindustria enfrentó una caída del 25% en la producción de muebles y grandes desafíos derivados de la alta carga impositiva y los costos logísticos. En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, la primera mujer en presidir la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) en sus 90 años de historia, Mercedes Omeñuka, brindó un análisis exhaustivo sobre la situación del sector. En sus ocho meses al frente de la organización, destacó tanto las dificultades del contexto económico como las esperanzas de mejora para 2025, en un panorama marcado por la incertidumbre y la resiliencia empresarial.
Omeñukaasumió en abril la presidencia de la FAIMA y, tras ocho meses de gestión, explicó que aunque los primeros meses del 2024 presentaron un panorama adverso, los últimos registraron un leve repunte en las ventas, especialmente en el segmento de muebles. “El acumulado anual muestra una caída del 25% en la producción de muebles hasta octubre, aunque los muebles a medida, como los de cocina, tuvieron cierta mejora”, señaló.
En contraste, la actividad primaria, que incluye aserraderos y productos para la construcción, sufrió un impacto más significativo, principalmente debido a la paralización de obras públicas. La presidente de FAIMA enfatizó que este escenario llevó a muchas empresas a acumular stock, lo que complicó aún más la situación económica al tener que afrontar sueldos, aguinaldos y vacaciones.
Por otro lado, mencionó que si bien no se registraron cierres de fábricas dentro de la federación, varias empresas optaron por adelantar vacaciones o reducir jornadas laborales como medida de ajuste.
Entre los principales problemas que afectan al sector, Omeñuka destacó los altos costos logísticos y la falta de infraestructura adecuada. “La inexistencia de ferrocarriles y las deficiencias en las rutas nos colocan en desventaja frente a competidores internacionales, especialmente productos de Brasil y China”, explicó. Asimismo, mencionó que, aunque el puerto de Posadas está operativo, los tiempos de transporte hacen que se priorice el uso del puerto de Buenos Aires, incrementando los costos.
Uno de los puntos clave que abordó fue la eliminación del impuesto PAIS lo que consideró como un alivio parcial para el sector. Sin embargo, subrayó que la carga impositiva general sigue siendo un obstáculo importante. “Aunque esta medida es positiva, la industria todavía enfrenta una desventaja significativa debido a la alta carga impositiva que sigue siendo un obstáculo importante para competir en igualdad de condiciones”, comentó.
Pese a las dificultades, destacó como un aspecto positivo la aparición de nuevas líneas de financiamiento en bancos privados, lo que brinda cierto alivio al sector. Sin embargo, enfatizó que esto no es suficiente para garantizar una recuperación sostenible.
Al mirar hacia el futuro, describió el panorama con una palabra: incertidumbre. Sin un horizonte claro, las expectativas están puestas en una reactivación de la economía, el consumo interno y la competitividad internacional durante 2025. “Seguimos apostando por lo nuestro, con la esperanza de que el próximo año traiga mejores condiciones”, concluyó.
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