Adolescencia: desafíos, cambios y el rol de la familia


En un contexto marcado por cambios culturales, tecnológicos y sociales que afectan profundamente a las nuevas generaciones, la adolescencia se presenta como una etapa especialmente desafiante. Las familias, muchas veces desorientadas frente a las nuevas dinámicas de la juventud, buscan herramientas para comprender y acompañar este proceso de construcción de identidad. En este marco, la psicóloga Nahir Britez reflexionó junto a la FM 89.3 Santa María de las Misiones sobre los retos que enfrentan los adolescentes y sus familias, brindando claves para transitar este período crucial con comunicación, paciencia y comprensión mutua.

Britez sostuvo que la adolescencia, una etapa de transición que abarca desde los 10 hasta los 21 años y se divide en tres fases: temprana (10 a 13 años), media (14 a 17 años) y tardía (18 a 21 años), presenta desafíos particulares en cada etapa, pero las primeras dos suelen ser las más complejas debido a los cambios físicos, emocionales y psicológicos que experimentan los jóvenes.

 

Construcción de la identidad

Uno de los aspectos fundamentales de esta etapa es la formación de una identidad propia. La profesional explicó que los adolescentes deben desprenderse de la imagen infantil que tienen de sí mismos y de sus padres para construir un nuevo autoconcepto. Este proceso, señaló, se ve dificultado por el contexto social actual, caracterizado por la incertidumbre y la inestabilidad.

En este marco, las relaciones con sus pares juegan un papel crucial. Los adolescentes buscan ser aceptados e integrados en sus grupos, y aquellos que no logran establecer vínculos sólidos pueden desarrollar una percepción negativa de sí mismos, afectando su autoestima.

 

El rol de la familia

Britez subrayó que el acompañamiento familiar es esencial durante esta etapa. Es fundamental que los padres mantengan una comunicación abierta con sus hijos, explicándoles los cambios que atravesarán, estableciendo límites claros y respetando su privacidad. Además, destacó la importancia de evitar la “patologización” de comportamientos normales en la adolescencia, como la necesidad de aislamiento o los cambios emocionales.

“Es una etapa en la que los adolescentes están formando su propio camino y, para lograrlo, necesitan espacios personales que les permitan procesar los cambios”, indicó. También enfatizó que los padres deben aprender a soltar de manera progresiva y tolerar la frustración que puede surgir ante la transformación de la dinámica familiar.

 

Paciencia y comprensión

Para Britez, la paciencia es clave. Acompañar a un hijo adolescente implica tolerar el malhumor, la angustia y los conflictos que puedan surgir, entendiendo que son parte del proceso de crecimiento. En este sentido, actividades como deportes o expresiones artísticas pueden ser herramientas valiosas para canalizar las emociones.

Finalmente, la psicóloga recordó que el crecimiento no solo es un desafío para los hijos, sino también para los padres, quienes deben adaptarse a una nueva relación con sus hijos y fomentar su individualidad. “Es un trabajo arduo, pero también una oportunidad para fortalecer los lazos familiares”, concluyó.

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