Llegó octubre y cada vez falta menos para que culmine este 2024, por eso empezaron a aparecer en las góndolas el pan dulce y la sidra para las fiestas.
Fernando Savore, vicepresidente de la Confederación General Almacenera de la República Argentina, explicó este martes con la FM 89.3 Santa María de las Misiones que “ya es histórico que las empresas empiecen a liberar mercaderías navideñas y de fin de año desde tres meses antes. Siempre las primeras entregas tienen un precio más accesible y bonificaciones”.
A modo de ejemplo, explicó que “si tengo un pan dulce que cuesta más de 2.000 pesos, con la bonificación que me dan yo puedo venderlo al público a 1.990 pesos. Esto principalmente se da con dos productos: pan dulce y budín“.
Eso significa, claramente, que cuando vaya faltando poco para las fiestas, van a llegar los aumentos: “Cuando viene llegando la temporada de Navidad y Año Nuevo, los precios suben. Pero si el pan dulce, la sidra o el turrón no se venden, el precio irá en función de las mercaderías van quedando en las góndolas y ahí vienen las ofertas”, aclaró Savore.
“En comparación a lo que fueron los precios del 2023, el porcentaje de aumento hoy sería de un 10 al 15 por ciento, todavía no es tanto. Ahora habrá que ver cuando falte menos para fin de año cómo estarán los precios”.
Savore precisó que actualmente, en esta primera partida de octubre, el pan dulce “puede oscilar entre 2.500 y 3.500 pesos, entre los más clásicos, y una sidra está en el orden de los 2.500 pesos, dentro de las marcas más económicas”.
Por otra parte, reflexionó e hizo un llamado a estar atentos: “Siempre hay algún pícaro, incluso en los mayoristas, que saca a la venta productos vencidos. A la hora de ser cautos, empieza por nosotros. Siempre tenemos que estar atentos, mirar la fecha de vencimiento”.
“Esto se planteó desde principio de año por parte de la Confederación General de Almaceneros a los colegas almaceneros: no comprar mercaderías en grandes cantidades, porque las ventas iban a bajar, y no nos equivocamos. Hay varias mercaderías que incluso bajaron de precio, pero que no se venden porque al consumidor final no le queda dinero para llegar a fin de mes, ya que tiene que pagar la luz, el agua, el pasaje de colectivo, entre otros gastos”, argumentó.
Por eso, explicó, “nosotros compramos lo que vendemos. Antes se vendía mucho lo que es confituras, nueces, almendras, castañas, y eso se fue perdiendo. Es una costumbre muy europea que con los años se fue dejando de lado. Hoy solamente se compra para rellenar la mesa del brindis y nada más”.
Precios en góndola y caída en las ventas
Ya sobre el tema de los precios en góndola, Savore contó que “hay algunas empresas que quieren despegar y aparecen con precios y aumentos desmedidos del 14 al 19 por ciento, hablo de una marca exclusiva de galletitas dulces; en tanto en lo que se refiere a la cerveza el aumento fue del 7 por ciento, mientras que renegamos con el tema de los repelentes que no aparecen ni en los mayoristas, ni en góndola“.
“El tema de la caída en las ventas de nuestro sector está en alrededor del 10 por ciento, en los hipermercados cayó un 17 por ciento y la venta mayorista un 20 por ciento. El fenómeno en el ámbito de los almaceneros no fue tan abrupto porque la gente hace las compras día a día, cada vez cuesta más llenar un changuito y entonces el cliente compra en un mercado próximo a su barrio, por eso la caída entre nosotros no fue tan estrepitosa”, reconoció Savore.
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