Muerte súbita: ninguna provincia adhirió al desfibrilador obligatorio


 El 27 de julio de 2015 se sancionó en el Congreso Nacional la Ley 27.159, denominada “Sistema de Prevención Integral de Eventos por Muerte Súbita”, que obliga a tener un desfibrilador en espacios públicos y privados de acceso público para evitar las muertes súbitas. Los especialistas de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y de su brazo comunitario, la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) advierten que prácticamente una de cada dos muertes por enfermedad cardiovascular se produce en forma súbita.

Sin embargo, la presidenta de la Fundación y extitular de la Sociedad Cardiológica, Ana María Salvati, advirtió que “está lleno lamentablemente de lugares que no han invertido en nada de esto”.

En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones y canal 9 Norte Misionero, reveló que “como la ley debe contar con la adhesión de cada jurisdicción, porque la salud en Argentina es federal, hasta ahora ninguna jurisdicción del país adhirió a esa ley”.

“Entonces, esa ley sigue sin ser obligatoria y todo depende del voluntarismo de las empresas, de los lugares públicos. Uno está cansado de ver espacios públicos donde la gente va a realizar ejercicios públicos masivamente los fines de semana y no tienen un desfibrilador. Estamos cansados de ver clubes y gimnasios que no tienen un desfibrilador”, se lamentó Salvati. Y agregó que los mencionados “son lugares donde se exige porque la gente puede tener una muerte súbita con más probabilidad que en un jardín de infantes. Sin embargo, nadie quiere invertir”.

La titular de la FCA aseguró que “es una inversión de bajo costo porque hoy un desfibrilador está por debajo de los 2.000 dólares que para mí o para usted es mucho pero, para un club, un gimnasio, un country o una oficina pública, un banco, un casino, son todos lugares que uno no puede entender que le den tan poca trascendencia a la salud de la gente”.

Ana María Salvati no dudó en recordar que “una vida no tiene precio, no es un cliché, pero lamentablemente lo que no es obligatorio, la gente no lo hace, pone extintores de incendio porque son obligatorios y si los inspeccionan y no están en orden los multan. Pero el desfibrilador no es obligatorio y no lo colocan. Sin embargo, es más probable morirse por muerte súbita que en un incendio”.

Prevención

Los cardiólogos de todo el país dedicaron una semana para prevenir las muertes súbitas. Según la ley nacional, los desfibriladores deben estar en espacios públicos y privados en estadios, natatorios, centros e instalaciones deportivas, gimnasios y todo lugar o evento donde se realice actividad competitiva o recreativa; establecimientos carcelarios; comisarías, y cuarteles de bomberos; establecimientos y servicios de salud mental y adicciones; locales de juego de azar, bancos, entidades financieras y de crédito; terminales y estaciones de transporte como todo comercio o lugar de espectáculos, religiosos o de administración pública con circulación de más de mil personas por día.

En cuanto a las personas, Salvati recomendó empezar por tener la rutina de los exámenes periódicos, “porque además esta historia de que el corazón te avisa cuando la presión está alta, el cuerpo me da señales y todo eso, la verdad que no es cierto. La presión alta hay que detectarla y para eso hay que medirla; el colesterol o azúcar alto hay que medirlos con un análisis de sangre, no hay otra forma de saberlo. Las anomalías como soplo, las enfermedades valvulares hay que buscarlas con exámenes cardiológicos y con alguien que escuche al corazón. Entonces, el paso número uno es chequear nuestro cuerpo de manera permanente para detectar los factores de riesgo y hagamos algo para cambiarlos”.

El RCP “es básico para salvar vidas”

La presidenta de la Fundación Cardiológica Argentina, Ana María Salvati, en diálogo con FM de las Misiones, se refirió a la importancia de saber técnicas de RCP (reanimación cardiopulmonar). No dudó en afirmar que “es básico porque, si pensamos que la muerte súbita no es algo extraño sino que sucede muchas veces en la vida, que casi una de cada dos muertes cardiovasculares es súbita, no es algo remoto que alguien cercano a nosotros de repente haga una muerte súbita. Cuando una persona colapsa y se muere, hay muy poquito tiempo para actuar, porque todos nuestros órganos necesitan oxígeno, que llega con la sangre. Si el corazón se para, la bomba deja de trabajar no hay más oxígeno, los órganos comienzan a sufrir o morir”.

Tras preguntarse ¿quién puede asistirme rápido? sostuvo que “una ambulancia seguro que no, entre que la llamo y viene al lugar del hecho, ya es tarde. Por eso los transeúntes, los que vivimos circulando por las calles, los que vivimos fuera de los hospitales, podemos asistir a las víctimas de muerte súbita”.

Salvati puso en primer plano tres minutos claves “desde que se produce el colapso o la muerte súbita hasta que hacemos las maniobras de reanimación que aseguren que la persona tenga la sangre suficiente, para mantener cerebro y otros órganos con irrigación para no terminar con una persona muerta o reanimada pero sin cerebro. Por lo tanto, el entrenamiento de la población es el que cambiará el pronóstico. Con las compresiones correctamente hechas, actúo rápido, la persona tiene muchas chances, hasta un 70% de sobrevida que es inmenso”.

Para finalizar, agregó que “todo lo demás ayuda, como llamar al servicio de emergencia para que continúe con las maniobras y procedimientos avanzados que la población común no puede hacer. Con cada minuto que pasa sin actuar, la persona tiene 10% menos de posibilidades de sobrevivir. Miren si es valiosísimo entrenarse en RCP para asistir a una víctima en la calle, en el teatro, en la universidad, etc”.

La entrada Muerte súbita: ninguna provincia adhirió al desfibrilador obligatorio se publicó primero en Primera Edición.