Julio Omar Kruk (52), el ciudadano brasileño que se atrincheró en una vivienda en Itacaruaré durante doce horas -negociaciones con la policía mediante-, y que fue abatido cuando se tiroteó con los efectivos, recibió ocho disparos de bala, según fuentes del caso.
Si bien resta conocerse la autopsia médico legal, los voceros aseguraron en forma extraoficial que esa sería la cantidad de impactos que recibió el hombre.
Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN, todo sucedió el pasado lunes en dicho municipio, más precisamente desde las 9 y hasta la medianoche, en un domicilio situado a la vera de la ruta provincial 4.
Mientras tanto, surgieron los posibles motivos de la actitud del involucrado, que tienen que ver con una causa por violencia de género que tenía en su contra y por la cual habría decidido armarse con unas cuatro armas de fuego en actitud de rebeldía, agregó otra fuente.
Todo se habría iniciado unos días antes, cuando su expareja pidió una exclusión de hogar, lo cual habría enfurecido al hombre, a tal punto que un Juzgado de Paz ordenó que la policía vaya a buscar las pertenencias de la mujer para evitar cualquier conflicto o agresión. La medida era un allanamiento. Fue allí que el hombre se negó a cumplir con la directiva judicial.
Luego, más precisamente el domingo último, vecinos denunciaron que el individuo estaba realizando disparos al aire y que al parecer era desde hace varios días. Por ello, el lunes a la mañana acudió personal de la comisaría local. Se avecinaba un enfrentamiento que dejó efectivos heridos y un saldo mortal.
Qué evaluó el comité de crisis
Cerca de las 9 del lunes, tal como publicó ayer este Diario, la policía llegó al domicilio ubicado en el kilómetro 18 de la ruta provincial 4, en Itacaruaré.
El hombre se negó a un nuevo allanamiento y respondió de la peor forma, gatillando contra los funcionarios policiales.
Durante esta primera intervención, resultaron heridos a balazos dos efectivos de Infantería, una sargento primero, quien sufrió una lesión leve por proyectil en la zona costal izquierda, y un cabo primero, quien recibió un disparo en su mano izquierda y debe ser intervenido quirúrgicamente.
Después de más de doce horas de negociaciones, se conformó un comité de crisis policial que consideró todas las alternativas, desde drones a un perro de ataque. La vivienda está a 15 metros de la ruta 4, a 350 metros de una escuela y una iglesia, una zona de colonia muy transitada (calles alternativas, caminos terrados y la ruta).
Fue allí que el Juzgado de Instrucción 5 a cargo de la jueza Selva Raquel Zuetta (con asiento en Leandro N. Alem) ordenó el ingreso al domicilio.
Se activó el protocolo policial e intervino el Grupo de Operaciones Especiales (GOE). En esas circunstancias y pese a recibir la voz de alto, Julio Kruk disparó contra los ocho uniformados de ese grupo de élite, quienes repelieron el ataque y en algunos casos recibieron disparos en sus escudos balísticos.
Como resultado del tiroteo el hombre recibió ocho disparos. Fue trasladado al hospital de Alem, donde a los pocos minutos de ingresar falleció.
En la escena y durante el conflicto con el hombre atrincherado estuvieron presentes el jefe de Policía, Sandro Martínez, y el subjefe Marcos López Ascencio, quienes monitorearon las acciones.
Los drones se utilizaron para monitorear en tiempo real si el hombre intentaba escabullirse o cometer otro tipo de acción para evitar su detención. Un dato a tener en cuenta es que la víctima fatal al parecer estaba naturalizado, debido que figura en el padrón con DNI argentino.
Por estas horas había muchas expectativas en torno al resultado de la autopsia y de las pericias en la escena del hecho.
Si bien no se confirmó, el hombre al parecer padecía alguna enfermedad mental, aunque esto era parte de la investigación y del extenso expediente que se abrió y donde incluso hay una investigación interna de rigor que la policía confecciona en este tipo de casos.
Antecedentes
El caso más reciente caso que se recuerde de un hombre atrincherado y abatido en Misiones y que lamentablemente tuvo un policía fallecido fue el domingo 21 de diciembre de 2003 en Oberá.
Fue en el barrio 100 Hectáreas. Las víctimas fueron identificadas como el cabo primero (31), integrante del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía y Basilio Bustamante (32).
Todo comenzó cuando un camarada pidió refuerzos a la mañana luego de que un individuo efectuó disparos en un colectivo. El autor del tiro se atrincheró en un bar ubicado en la intersección de las calles Casco Romano y Yerbal Viejo.
Posteriormente, ya al mediodía, Bustamante salió por una ventana hacia el techo y se percató de la presencia policial. Disparó desde un techo. El cabo Rodríguez recibió un impacto en la sien izquierda que le produjo la muerte. Era padre de tres niños.
“No hubo otra alternativa”
En diálogo el martes por la tarde con la FM 89.3 Santa María de las Misiones el jefe de la Policía de Misiones, Sandro Martínez, afirmó que “no hubo otra alternativa” para repeler al violento el lunes por la noche en Itacaruaré “porque a lo que pasaba por enfrente le disparaba”.
Agregó que en el allanamiento “se incautaron cerca de mil vainas servidas y 300 cartuchos cargados calibres 22, 38 y 36, además de cuatro armas de fuego, dos cortas y dos rifles”.
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