Los dolores de espalda y cuello son recurrentes, tanto en niños, en adolescentes como en adultos. Pero, ¿cuándo hay que preocuparse?
En realidad, hay molestias que desaparecen con el correr de los días y otras que permanecen a lo largo del tiempo, de cualquier manera siempre lo recomendable es acudir a un profesional. Éste y otros puntos los explicó la licendiada y magíster en Kinesiología, Trixia Aresti, en diálogo con FM Santa María de las Misiones.
“El dolor de espalda y cuello puede surgir por causas leves, como pequeñas contracturas o tensiones. Estos problemas suelen ser consecuencia de posturas inadecuadas, estar sentado durante mucho tiempo en una posición fija, o realizar actividad física de manera incorrecta. Estos dolores agudos suelen aparecer de repente y no se perpetúan en el tiempo“, explicó.
Por otro lado, “existen patologías subyacentes que pueden causar dolor persistente. Estos problemas pueden estar relacionados con estructuras óseas, articulares, discales, nerviosas o musculares. En estos casos, es fundamental consultar a un traumatólogo y realizar los estudios necesarios para un diagnóstico”, diferenció Aresti.
Otro motivo que puede impulsar estos dolores es el estrés. Atravesar una situación de este tipo porque generar ciertas consecuencias después de vivir “ese momento límite”. Por ejmplo, “el cuerpo reacciona al estrés preparando al organismo para situaciones extremas; algunas personas pueden realizar esfuerzos físicos inesperados, como levantar un objeto pesado, lo cual puede generar contracturas y molestias después”, mencionó.
Cabe destacar que una de las razones principales que causan dolor es la mala postura. “Estos son hábitos prolongados de estar en una posición incorrecta. La mala alineación corporal se refleja en nuestras actividades diarias, desde el trabajo hasta el ejercicio y las tareas cotidianas. Si nos sentimos ‘cómodos’ en una mala posición, es porque perdimos la línea”, amplió la kinesióloga.
¿Cuáles son las recomendaciones para prevenir o controlar estos dolores?
• Replantear y controlar la postura regularmente. “Hay que mirarse al espejo”, sugirió Aresti.
• Realizar autoevaluaciones de bienestar emocional y social.
• Buscar el acompañamiento de la familia y equipos de salud cuando sea necesario.
• Ajustar las sillas si se trabaja muchas horas sentado. En caso de no sentirse cómodo, hay que cambiarla. Lo mismo sucede con los colchones y almohadas, que no deben presentar “pozos”. “El colchón puede darse vuelta, para que mantenga firmeza”, aconsejó la especialista.
• En el gimnasio o realizando actividad física, siempre controlar la postura y evitar hacer esfuerzos o movimientos exagerados.
• Tratar de tener un buen descanso.
Por último, consultada sobre cuáles son los problemas más frecuentes que presentan los pacientes en consultorio, Trixia Aresti dijo que “las afecciones más frecuentes, por lejos, están relacionadas a la discapacidad, tanto de niños, adolescentes, como de adultos”. En cuanto a dolores recurrentes de cuello y espalda, dijo que no es algo “de los últimos tiempos”, sino que la situación se mantiene, también por la vorágine de la vida diaria y laboral.
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