El caso del pequeño Loan Peña, de cinco años, en la provincia de Corrientes conmociona al país. A 12 días de su desaparición física y mientras es intensamente buscado, erróneamente, se abren muchas teorías de qué le pudo haber pasado al niño, entre tanto hay en curso una investigación.
La causa federal dio un giro y se investiga fuertemente si Loan fue raptado con fines de trata. Entre las presunciones que se manejan, como la adopción ilegal y la explotación sexual, otra apunta a un secuestro para introducirlo en una red de tráfico de órganos
Al respecto, Luis Esquivel, director del Centro Único Coordinador de Ablación e Implantes de Misiones (CUCAIMIS) fue contundente y afirmó que “en Argentina no hay antecedentes, no hay jurisprudencia, no hay un solo caso de tráfico de personas para extracción de órganos de ningún tipo, ni por vías ilegales ni legales”, aseguró en comunicación con la FM 89.3.
“Si hubiera algún tipo de trata para sacar gente del país y hacerlo fuera del país, lo desconocemos”, añadió.
Para clarificar el tema, Esquivel apuntó que “la extracción de órganos se puede casi en cualquier parte, pero el implante no. Es imposible hacer implantes si no hay todo un sistema institucional, sanitario, público o privado que esté perfectamente preparado para que un órgano le sirva a una persona que paga, por ejemplo. Alguien que paga no va a pagar por cualquier cosa, va a pagar por órganos de calidad, bien estudiados, compatibles y eso no se puede hacer secuestrando personas”.
Agregó en Argentina “es absurdo”, porque “el trasplante es gratuito, o sea, por qué habría uno de pagar si uno tiene la opción de hacerlo de manera gratuita”. “Un implante de un órgano moviliza más de 200 personas en la Argentina para dar garantías de que ese órgano, que sale de una persona fallecida o viva, llegue a otra a otra persona y ese órgano sirva, que sea compatible y que esté sano, que no transmite enfermedades, que nos mate a la víctima”, resaltó.
Más común en otros países
Ante la consulta de dónde es más factible realizar este tipo de delitos, Esquivel explica que “existen algunos países, pero está institucionalizado el sistema, y le da cierta seguridad a los receptores, pero se hace como un acto de desesperación, delincuente, criminal y con todos los riesgos que eso implica para alguien que se anima a pagar por una cosa que no sabe si te va a servir”.
Aclaró que tiene referencias, de tipo periodística, no estrictamente médica, “de países del Caribe, algunos, sobre todo asiáticos y de países africanos, pero siempre de manera ilegal. Son eventos que ocurren de manera aislada y que son criminales por supuesto, así como la trata de blancas, el tráfico por pedofilia y todas esas cosas tan horrendas que ocurren en las sociedades”.
Apuntó además que este tipo de delitos “por suerte los argentinos no aceptamos nunca ni vamos a aceptar que eso nos ocurra, por eso es muy llamativo que la sociedad en Corrientes se haya levantado a reclamar el esclarecimiento de ese caso (de Loan), que parece ser una forma más de tráfico de niños, de los que sabemos que sí ocurren para adopción”, conjeturó Esquivel.
Los mitos y los preconceptos: la importancia de ser donante
Por otra parte, Esquivel habló de la importancia de ser donantes y llamó a la comunidad a no darle credibilidad a mitos y a preconceptos “porque eso nos aleja de la voluntad de ser donantes” y “el día que nosotros necesitemos de un órgano no vamos a poder comprarlo, porque no existe en Argentina, y no vamos a tener órganos porque la gente va a tener miedo y no va a ser donante”, advirtió.
Uno de los mitos clásicos, respecto al secuestro de niños para el tráfico de órganos, es el de la trafic blanca, que aparece en los barrios y se lleva a los menores: “es absolutamente falso”, dijo. Explicó que “es casi universal, ocurre en nuestro país. Es como que la misma trafic parece un OVNI que está en varios países y que secuestra personas, pero en Argentina no hay una sola evidencia de que haya algún rasgo cercano al tráfico de personas para el tráfico de órganos”, reiteró.
“Hay que estar atentos a que el tráfico de personas puede ocurrir con cualquier finalidad, pero no mezclar eso con la condición de ser donantes, porque eso finalmente nos puede proteger muchísimo, a nosotros mismos y a nuestra familia”, apuntó el titular del CUCAIMIS.
Por último, aseguró que “si todos fuéramos donantes, no habría lista de espera en la Argentina, o sea, que nos falta madurar bastante a los argentinos para comprender que nos beneficiamos muchísimo con ser donante, porque eso significa que va a haber disponibilidad de órganos”.
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