En los últimos días se armó un revuelo a nivel nacional por una medida que va a adoptar la provincia de Buenos Aires en torno a la repitencia de alumnos en las escuelas secundarias.
De acuerdo a lo que se conoció recientemente, el gobierno de Axel Kicillof elimina el sistema de repitencia tradicional para los adolescentes bonaerenses,y lo reemplaza por un nuevo esquema donde la importancia estará puesta en la acreditación de asignaturas aprobadas y no en los años, según el director general de Cultura y Educación bonaerense, Alberto Sileoni.
Según comentó Sileoni a medios digitales nacionales, “las materias que se aprueben no se recursan y sí se van tener que recusar si hay más de 4 materias que no se aprobaron”. “Hay otras posibilidades, también, en donde se podrá reforzar la intensificación durante los meses de diciembre y marzo, como era en otros momentos los exámenes”, sumó al canal Extra.
Con respecto a las calificaciones, seguirá siendo numérica con una aprobación con 7 y cuatrimestral, en donde “no se puede tener nunca en ninguno de los dos cuatrimestres menos de esa nota”.
La repitencia “no avala” el aprendizaje
Algunos argumentan que esta medida es positiva, ya que permite a los estudiantes avanzar en aquellas áreas en las que tienen dificultades, evitando así la desmotivación y el abandono escolar. Otros profesionales, en cambio, apuntan a que perjudicará el aprendizaje de los estudiantes y sus futuros, además del sistema educativo.
Irene Kit, referente de Argentinos por la Educación explicó que “en cualquier grado de la educación hay mucha evidencia, tomada por las evaluaciones nacionales, internacionales, regionales, que nos dicen que sistemáticamente que los estudiantes que han repetido en su conjunto les va peor que los que no han repetido. Es decir, tienden a tener peores resultados que sus compañeros”.
En comunicación con la radio de PRIMERA EDICIÓN destacó que “la repetición es una medida que se propone nivelar los aprendizajes de aquel que no aprendió eventualmente en ese primer año escolar, pero los resultados nos muestran que no nivelan. Y se instala la paradoja de que estar más años en la escuela, te produce menos resultados, eso tiene mucha biblioteca consistente para esto. No quiere decir que con no repetir alcanza para que aprendan”.
En esa línea, apuntó que “la repetición es una medida que se toma, sobre todo en la secundaria, al final, promediando unos puntajes, pero está ocurriendo hoy que hay muchos estudiantes que van a la escuela y no están aprendiendo”. “La parte que dice que la repetición nos predice malos resultados más que buenos, toda la biblioteca lo dice”, dijo Kit.
“Concentrarse en pocas cosas y a profundidad”
Entonces, para la pedagoga, “independientemente del puntaje que saques o si puedo llevarme tantas previas, el asunto que tenemos para discutir y poner en debate en todo el país es decir: qué estamos haciendo para que los estudiantes aprendan más esta semana”.
“Sobre todo, los estudiantes que vienen de sectores más pobres, porque los estudiantes cuyas padres son profesionales o tienen un hermano que estudia en la universidad, o que pueden pagar un profesor particular están ‘protegidos’ de esta repetición, pero no necesariamente por lo que aprenden en la escuela sino por lo extraescolar, entonces la pregunta es ¿qué estamos haciendo hoy para que en la escuela se aprenda mejor cada día?”, se preguntó Kit.
Ejemplificó que “hay más estudiantes que no entienden lo que leen que los que sí. Leer no es una cuestión de pronunciar en voz alta lo que está escrito. Leer es poder obviamente entender y decodificar lo que dice un texto, pero implica manejar el vocabulario, manejar si es lo mismo decir ‘por lo tanto’, o ‘en vez de’, o ‘por lo contrario’, todas esas palabritas que están ahí pero que le dan sentido a un texto, poder relacionar ese texto con textos de la misma o otra área, y finalmente después de leer suficientes cosas poder emitir una opinión crítica sobre ese texto, eso es entender lo que se lee”, resumió.
De esta manera, reiteró la pregunta “¿cuánto tiempo le estamos dedicando en la escuela a aprender a leer de esta manera comprensiva? ¿cuántas horas?”.
Para Kit la parte pedagógica del día a día es realmente importante, apuntando que el sistema educativo debería concentrar los aprendizajes en las cosas importantes: “Hacer pocas cosas, hacerlas bien, hacerlas siempre. Es decir, liberar de largas listas de contenidos (a los estudiantes) que a lo mejor tuvieron su función en otro momento, y concentrarse en pocas cosas y a profundidad”.
Una de las consecuencias de cargar de contenidos, cuestionarios, repasos, los esfuerzos que hacen todos los días estudiantes, familias y docentes “después resulta que es muy poquito lo que nos queda como aprendizaje duradero. Entonces, el planteo que queremos hacer es decir tengamos claridades desde la política educativa, concentrarse en las cosas importantes”, apuntó.
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