“Me parece casi insultante que no se reparta la comida para que no se la roben, cuando todos sabemos la cantidad de gente que depende de los comedores para poder tener el alimento cotidiano. Realmente es inadmisible”.
El sacerdote Alberto Barros, vicepresidente de Cáritas Posadas, adhirió en estos términos al planteo del presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, quien en los últimos días reclamó al Gobierno nacional que entregue las más de cinco mil toneladas de comida almacenadas en depósitos, bajo el riesgo de que se echen a perder.
“La verdad es que comparto plenamente el pedido, es una verdad y un reclamo de justicia más que claro, con la cantidad de comedores en Argentina que han cerrado por falta de mercadería y la carencia de alimentos en los comedores que ha privado de una comida diaria a muchísima gente en nuestra patria, lo cual es gravísimo”, ahondó el Padre Barros este lunes en diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones.
Insistió en que en la “profunda crisis socioeconómica, donde hay literalmente hambre, es increíble sacarle el pan de la boca a la gente. Y la excusa que ha puesto la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, diciendo que en realidad el Gobierno no retiene la mercadería, sino que está evitando que se la roben, realmente es un argumento muy infantil”.
“Es muy inhumano, muy cruel, porque no estamos hablando de lujos ni nada por el estilo: el alimento es lo más básico para la supervivencia humana, y que se esté negando el alimento es no solo increíble, sino realmente indignante, porque expresa una insensibilidad enorme”.
Bajando a la realidad de los comedores hoy, Barros remarcó que ” está muy complicado. Caritas tiene algunos comedores que en porcentaje es un número mínimo comparado con la cantidad que tienen organizaciones barriales, organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales, y todo eso se cortó desde diciembre: no hubo más envío de mercadería. Hace un par de semanas comenzó a llegar a Cáritas (fondos) de un programa de las Naciones Unidas que envía dinero para gastos en mercadería, que es una cosa mínima, y los demás comedores no han recibido absolutamente nada. Por eso muchos se han cerrado, otros sobreviven como pueden, pero en realidad hay un problema gigantesco de falta de mercadería“.
En el caso concreto de Misiones, y puntualmente en lo que depende de Cáritas, “lo que ha crecido en realidad no son los comedores, porque cada vez tienen menos posibilidades de funcionar con la quita total de la Nación; lo que sí aumentó es la gente que pide un plato de comida: hay muchos más chicos, familias enteras jubilados, gente que nunca se había acercado a un comedor a pedir algo y hoy lo está haciendo“, graficó el sacerdote.
“Es alarmante el crecimiento enorme de gente que está pidiendo un plato de comida, es realmente desesperante porque todos sentimos la impotencia de no poder responder a semejante demanda con los recursos que se tiene. La situación realmente es muy dura y muy angustiante”.
Respondiendo al argumento del Gobierno nacional de que la mercadería que está almacenada es para situaciones de emergencia y que la asistencia para la población se canaliza a través de la tarjeta Alimentar, la Asignación Universal por Hijo y otros programas, el Padre Barros planteó: ¿Cuál sería una situación de emergencia si no es esta que estamos viviendo? No sé qué emergencia más están esperando“.
Y si bien es cierto que se canaliza el tema alimentos a través de tarjetas sociales, AUH, planes alimentarios y demás, recordó que “eso ya estaba, la gente ya estaba cobrando, pero se necesitaba también los comedores, así que en realidad no hay un reemplazo de una cosa por otra sino una quita de algo que era fundamental para el funcionamiento de los comedores, que en una emergencia como la que estamos viviendo, son más necesarios que nunca: si ya eran necesarios antes, ahora lo son mucho más”.
Entonces, ¿por qué no se entrega esa mercadería? “Creo que hay cuestiones seguramente ideológica, con este argumento de que todo se roba en los comedores, lo cual es falso. Yo creo que han logrado instalar la idea de que todo lo que es trabajo comunitario, trabajo social, voluntariado, es robo, es estafa, es corrupción. Lo cual es un absolutamente falaz: ni siquiera han auditado todos los comedores del país, han sacado cifras de dudosa credibilidad y de hecho no han hecho ninguna denuncia penal seria, todo son cosas mediáticas -a mi entender- con ganas de justificar el déficit cero, no pagamos nada, no compramos alimentos, nos ahorramos unos cuantos millones y entre tanto la gente va creciendo en sus dificultades, hay más hambre y más desnutrición. Y todo eso se justifica con argumentos falaces”, argumentó Barros.
“Hay sesgos ideológicos de un individualismo galopante y a todo lo que es social se lo desprecia, cuando lo que sostiene la vida de nuestro pueblo es justamente la fraternidad, la solidaridad, el encuentro, el ayudarnos mutuamente. Pero se instala esta idea de que el individualismo es la virtud y cada uno se las tiene que arreglar como pueda y olvidándose del otro. No podemos tragarnos ese discurso porque el individualismo en el fondo no es ninguna virtud, sino que es un gran vicio, una gran enfermedad una gran oscuridad del alma humana”
Insistió el sacerdote en que “me asombra la falta de sensibilidad ante el dolor de los que hoy tienen hambre. Hace unos días le reclamaban al Presidente por la gente que no llega a fin de mes y la verdad que la respuesta fue de una falta de sensibilidad atroz, diciendo que si no llegaran a fin de mes, ya estarían muertos. Sí, la gente no se murió todavía en la calle, pero se va muriendo de a poquito, va comiendo cada vez menos, va accediendo a medicamentos en menor medida, los chicos van desnudos, los abuelos también… de a poco es un deterioro total”, sentenció.
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