Insólita fue la situación que le tocó vivir a Mariana Ladaga, una misionera que viajó especialmente en avión para asistir al recital del cantautor mexicano Luis Miguel pero que de repente se encontró varada por unas cuatro horas en el aeroparque de Buenos Aires y sin poder descender de la aeronave ante las adversas condiciones climáticas.
Su historia trascendió a través del Canal TN, que la contactó y luego se hizo viral. Pese a las complicaciones, pudo llegar a tiempo a la presentación del “Rey Sol”.
En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, Mariana contó que “fue un milagro que pude llegar. Nosotros compramos pasajes para viajar el jueves a la mañana, el avión tenía que salir a las 10 de la mañana con lo cual llegábamos a las 11 y el recital era a las 9 de la noche, así que teníamos tiempo de sobra pero por las condiciones del clima, que fue inusual, terminamos saliendo casi a las 11 de la mañana. Incluso el viaje dura una hora, bueno, esta vez estuvimos mucho más tiempo en el aire, llegamos a las 13 y así como aterrizamos quedamos varadas”.
Relató que “no nos dejaban bajar del avión porque había tormenta eléctrica, con rayos, entonces estaba prohibido. Después, encima estaba terminado de llover pero había como quince aviones antes que nosotros en fila, esperando y se fue atrasando todo. Bajamos recién a las seis de la tarde del avión”.
Mariana contó en detalle que su única preocupación “era llegar al show porque obviamente no había peligro de que sucediera nada, estábamos estacionados digamos pero en un momento nos enteramos que se empezaron a inundar las calles de Buenos Aires, que el tránsito estaba parado y todo esto y yo decía: ¡Ay no llego, no llego¡, me muero porque no llego, porque si continúa esto, que a veces te quedás atascado en el tránsito por horas. Por suerte cuando paró de llover, como que todo se restableció a la normalidad”.
Dijo que “después fue como que se alinearon los astros para que todo ese tiempo perdido se recupere porque bajamos y había un caos en el aeropuerto, para conseguir la valija, había un montón de gente quejándose porque había aviones con vuelos reprogramados, otros cancelados, un desastre, tres cuadras de cola para conseguir un taxi, con gente que esperaba un taxi hacía más de una hora y media.
Nosotros bajamos y un chico sale y nos dice: ‘adónde van…’ teníamos que ir al Obelisco a buscar las llaves del departamento que alquilamos. Nos dice, tengo un Uber, un ángel de la guarda, era un chico de Corrientes, marino mercante que había venido también a ver a la familia y nos llevó. Después llegamos bien al show”.
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