El Hogar Santa Teresa del Niño Jesús para discapacitados motrices abandonados, el Hogar Virgen de Luján para ancianos abandonados, el Hogar Espíritu Santo para discapacitados mentales abandonados, el Jardín Bíblico y el Centro de Equinoterapia, pertenecen a la Fundación Guillermo Hayes de Oberá que hoy por hoy atraviesa una dura situación económica.
Las deudas son abultadas y suman varios millones de pesos, esto en parte se debió a una mala administración y el fin de la ayuda que venía desde el Viejo Continente. Hay casi un centenar de personas involucradas entre residentes y trabajadores.
Para conocer un poco mejor esta problemáticas de estos distintos centros de ayuda, el sacerdote Benjamín Eber Barrios, más conocido como “Padre Gigio” y actual administrador de los hogares de la Fundación Guillermo Hayes, relató a la FM 89.3 Santa María de las Misiones la preocupante situación por la que atraviesan y las posibles soluciones al respecto.
En primer lugar se le preguntó al sacerdote de qué manera asumió la responsabilidad de llevar adelante esta crisis institucional. “Yo viví en el exterior por mucho tiempo y volví a la Argentina después de 40 años. Trabajé en Europa, Estados Unidos, en Brasil. Y hace 5 años me integré a la Fundación, más como un asesor espiritual, debido a mi formación también psicoanalítica, psicológica. Y claro, debido a todo el impasse económico y administrativo, me tocó asumir la parte administrativa, de la cual tengo formación, pero muy poca”; comenzó diciendo Barrios.
A lo que agregó: “Así, nos encontramos con un cuadro muy delicado y una deuda que se fue aumentando debido también a la galopante crisis que estamos viviendo en el país y también a algunos errores cometidos por el equipo que tenía cargo la administración anterior“.
“La deuda en total suma, digamos, con retroactivos, multas, que tiene que ver todo con el tema sindical, gremial, unos 25 millones de pesos”.
También se le consultó a este administrador si es cierto que se cortó la ayuda económica que llegaba desde Europa. “Mira, eso se fue terminando. La crisis mundial en Europa nos tocó; y ya desde 2008 comenzaron los cortes. El impulso inicial fue a través de una fuerte colaboración de Irlanda, Inglaterra, Alemania, pero eso se fue decayendo hasta en la actualidad, ¿no?. También hubo mucha participación aquí del gobierno Municipal de Oberá, de diferentes personas, empresarios, pero el fuerte, fuerte sí fue dinero europeo, que dio origen a todo esto”.
Con la fe intacta
¿Y ahora cómo se sostienen todas estas entidades? “Estamos, como se dice, ‘bailando la cuerda bamba’. Estamos en rojo en los gastos básicos del hogar y en eso estamos, empeñados en sacar a flote esto, porque esto es único en todo el Nordeste argentino”.
“La atención que tenemos aquí es de una calidad excelente. También tenemos asistentes, que son los empleados, que le ponen el hombro y esto nos motiva a planificar, a proyectar y ahora estamos con los gastos básicos llegando apenas y gracias a Dios que está aumentando la colaboración, cuando escuchan una entrevista, cuando también informamos. Creo que dentro de un mes o dos meses salimos de rojo en el gasto básico, que significa alimentación, remedio, luz, agua, gas, gasoil, automóviles, etcétera”, remarcó el sacerdote.
Tras detallar las deudas y de qué manera se está encauzando esta crisis, se le preguntó qué monto necesitan mes a mes para funcionar a pleno o de manera normal con todos los hogares. “Cubriendo todos los gastos, giraría en torno de 12 millones de pesos”, calculó.
También se trajo a la memoria que en algún momento hubo una campaña donde desde la CELO se aportaba algún dinero a los Hogares. “Se hizo una campaña, hasta ahora no sabría decirte en qué año, pero por los valores se ve que debe tener más de 25 años, tenemos al día de hoy 618 donantes, que en el total suman 8 mil pesos más o menos. Son aportes, sí, pero muy pequeños, por eso estamos pensando en una campaña para actualizar esto“, aclaró.
También Barrios contó que “el Gobierno provincial se encarga de cubrir los sueldos, por ahí con un poquito de atraso, pero está llegando. Hoy, justamente, tuve una reunión con 25 empleados y cuando me informaron por teléfono de que el aporte del Gobierno entró, fue una alegría general”.
Casi 60 residentes y 47 trabajadores
“Ahora tenemos 58 residentes divididos en los tres hogares y en el hogar de Santa Teresa, que ahora en mayo cumple 30 años, vive 27 personas, de niños, jóvenes y adultos, que tiene más una dificultad motriz. Después en Virgen de Luján, que tiene la característica que están los abuelos, son 14 personas, 7 mujeres, 7 hombres. Y en el hogar Espíritu Santo, donde ya están las personas con lesiones más profundas, son 17 personas, 13 varones y 4 chicas”, contó el Padre Gigio.
Por otra parte, “actualmente tenemos 47 empleados, pero tenemos que bajar más esa cifra. Esto se debe principalmente al presupuesto, y eso fue un poco también ahí una falla de la administración que blanqueó mucha gente y eso nos generó toda esta deuda. Tenemos que bajar más porque difícilmente vamos a tener un aumento notorio, digamos, en la contribución del Gobierno y tenemos que manejarnos dentro de un margen, que mantengamos la atención cualitativa, pero con menos gente“.
Todos en situación de abandono y olvido
Si en el peor de los casos tuvieran que cerrar, todos estos residentes no tendrían dónde ir porque “todos están en situación de abandono y de olvido, que tal vez sea la herida emocional más profunda”.
A modo de ejemplo recordó que “cada vez que llega, por ejemplo, la Navidad, a mí me toca celebrar la misa semanal en cada hogar y uno siente como era el balbuceo por una madre, por un padre que no están. Y entonces nuestros asistentes, que ya tienen una vasta experiencia, hacen de madre, de padre, de abuelo, de tío, y se genera un lazo de familiaridad que ya no hay”.
Otra de las preguntas que se le hizo al actual administrador fue qué va a pasar con el centro de equinoterapia y con el Jardín Bíblico. Respecto a este último, aseguró que “está bonito y lo estamos cuidando porque estamos dentro de la ruta del turismo, entonces eso también nos exige una inversión constante”. Y en cuanto a la equinoterapia “es necesaria para el tipo de cuerpo de las personas, de los residentes. Pasan una, dos o tres veces por semana. Tenemos seis caballos y estamos pudiendo sostenerlo porque tenemos donaciones de gente fabulosa y que conoce nuestro trabajo”.
Una recaudación escasa
Una vez más y con respecto al monto que necesitan como mínimo mes a mes para seguir subsistiendo sin mayores problemas, el Padre Benjamín reseñó que “de jubilaciones y pensiones de los residentes, más o menos llegamos a casi 2 millones de pesos. Después, hay una colaboración espontánea y eso está aumentando, gracias a Dios, y con eso la estamos peleando para cubrir lo básico, pero aún estamos en rojo”.
A raíz de la crisis actual ¿fueron a golpear puertas nuevas?. “Una de las primeras decisiones fue justamente ir a los supermercados y las redes aquí de Oberá, y fuimos muy bien recibidos; nos cobran los precios a costo, eso también nos ayuda muchísimo; también los frigoríficos, la misma cosa. También el intendente de Oberá estuvo la semana pasada y ya tomaron medidas, por ejemplo, de manutención de espacios. Ahora hicimos un pedido de alimentación de verduras y frutas, y hay una gran receptividad”.
“Esto es un servicio a la sociedad, desde Oberá a todo Misiones, porque tenemos chicos de toda la provincia”.
Además agregó: “No nos sentimos solos, ahora solamente que cuando entramos en los números, ese es el tema. igual, creo que vamos a llegar, tengo la esperanza de que sí. También pedimos la intervención del Padre Guillermo, porque al final de cuentas él fue el inventor de todo esto. El Padre Guillermo tenía un niño con acefalía: Mario Junior, que era como un ángel de la guarda. Entonces hay una sinergia espiritual y emocional y estamos golpeando puertas y sentimos que hay respuesta”.
Si Guillermo Hayes viviera, ¿qué cree que haría? “Nos acompañaría golpeando puertas (risas…). Por el estilo, por la sensibilidad que tenía. Es interesante la vida de él, ¿no?, una persona que primero no quería venir a Argentina, tampoco a Misiones, corría de los trabajos con las personas portadoras de discapacidad… y fijate vos que cuando él estaba aquí ya pensando volver a Irlanda para ejercer su sacerdocio, tuvo esos encuentros con estas personas en estado de discapacidad y abandono y eso fue como una mano de Dios para él y ahí comenzó todo esto. Y eso que el hablaba con mucha dificultad el español, pero con la sensibilidad de él consiguió comunicar a un gran grupo. A tal punto que generó siete espacios“, recordó con emoción el padre Barrios.
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