“Cada año pareciera que ‘Lu’ vuelve a morir, porque es recordar todos los años de vuelta todo lo que pasó”. Con esta frase, Felicitas Maidana recuerda con dolor cada aniversario de la muerte de su hermana Lucía, buscando que los días de impunidad ya no sean tal.
Este jueves se cumplen 10 años del femicidio de Lucía Maidana (24), la estudiante de la carrera de Comunicación Social de la UNaM que fue violada y asesinada en el departamento que alquilaba en el barrio Villa Urquiza, el 6 de abril del 2013.
Su femicida también violó a otras dos jóvenes y la Justicia tiene su ADN, pero sigue suelto y es un desconocido, ya que no tiene antecedentes.
Para la familia de Lucía hay un culpable y es la Justicia, “que no está trabajando, no está buscando, esa es la sensación que tenemos”, dijo Felicitas en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones. “Me preguntaban si yo tenía certezas de quién había sido y yo dije que no, pero después pensando digo: ‘sí, yo sé quién fue’, fue la Justicia, fue el Estado que no acompaña, que no funciona”, agregó.
Reflexionó que “te da mucha impotencia” la impunidad. “En los primeros tiempos, la expectativa de que haya novedad siempre estaba, y ahora con el paso del tiempo, pareciera que uno se va acostumbrando a la espera, pero no debería ser así”, lamentó.
Al recordar a su hermana, que todavía no encontró paz, Felicitas expresó que “yo las esperanzas nunca la voy a perder, porque eso sería olvidar completamente a Lucía. La idea es seguir insistiendo por este y otros casos que aparentemente están relacionados y necesitan respuestas”.
Diez años de impunidad
Mañana desde las 18.30 en la plaza 9 de Julio se llevará a cabo una intervención, convocada por los departamentos de Comunicación Social y Educación Especial de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), organizaciones y colectivos contra las violencias de género, familiares, compañeros/as y amigos/as.
“La justicia da vueltas en un montón de cosas que sabemos no van a funcionar, pero como nosotros somos simples querellantes no tenemos tampoco las herramientas, por eso acudimos a esto de levantar la voz en la sociedad para ser escuchados”, afirmó Felicitas.
Con respecto a la convocatoria de este jueves, dijo que “la idea es ir vestidos de negro, con pañuelos negros y velas. Estar presentes de forma silenciosa, no es una marcha”, aclaró.
El crimen
Lucía era una joven estudiante oriunda de Capioví. Fue asesinada a golpes en el departamento que alquilaba, sobre calle Estado de Israel al 3.400, en el barrio de Villa Urquiza.
El hallazgo se produjo alrededor de las 22 del sábado 6 de abril de 2013 y el cuerpo de Lucía apareció sin vida en su habitación, tras un incendio que alcanzaron a extinguir los bomberos junto a los vecinos de la zona.
En principio se pensó que todo había sido un hecho vinculado a las llamas y el monóxido de carbono, pero una vez realizada la autopsia, se constató que tenía cinco golpes contundentes en la cabeza, probablemente realizados con un martillo. Murió por el traumatismo de cráneo y por haber inhalado monóxido de carbono.
El autor intentó limpiar la escena y luego se sospecha que hasta ocupó el baño de la víctima para lavarse. Después inició las llamas, al incendiar un colchón y un placard, pero el fuego no fue suficiente para borrar lo que había hecho. Antes de escapar se apoderó de una notebook de la víctima.
A 10 años del hecho, aún no se han hallado responsables. Gracias a estudios de ADN, la única certeza que se tiene es que quien cometió el asesinato de la joven es el mismo que violó a otras dos víctimas. El autor sigue suelto y todavía no se sabe su identidad.
A mediados de febrero de 2018 se conocieron los resultados genéticos que habían sido enviados a Buenos Aires. Por el cotejo de los patrones tomados de la autopsia a Lucía Maidana, se supo que el agresor era el mismo que había atacado a otras dos jóvenes estudiantes en el centro de Posadas. Curiosamente, todas cursaban en la Facultad de Humanidades.
Hoy se sabe que el primero de esos casos ocurrió antes de la muerte de Lucía. Fue también en 2013, en un departamento ubicado en cercanías de Junín y Catamarca. En aquel momento, el depravado entró al lugar donde vivía una estudiante. La violó por vía anal y vaginal, y luego escapó del lugar.
El segundo hecho tuvo como víctima a Lucía. Posteriormente, el victimario ingresó a un inquilinato de calle San Luis, entre Catamarca y Entre Ríos. En esa ocasión se metió en la habitación de una estudiantes de Portugués. Con un ladrillo, le asestó un golpe en la cabeza y la dejó inconsciente. La violó y nuevamente huyó del lugar con rumbo desconocido.
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