“No descansar para estudiar previas es un obstáculo al aprendizaje”


En tanto solo 24 días comenzarán las clases y, los que aún deben materias, deberán volver una semana antes, el 23 de febrero. Por ello, la psicopedagoga Myriam Báez aseguró en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN, que “este es un momento donde hay que comenzar a retomar ciertos hábitos y costumbres familiares y personales para adentrarnos al nuevo ciclo escolar que comienza en muy pocos días”.

Báez aconsejó no estresarse con compras exageradas de los materiales escolares o los nuevos horarios que tal vez tengan los chicos en este ciclo. Analizó que si bien es un momento de cambios de rutinas y a veces esto significa crisis, dependerá de cómo lo transite cada familia si se estresa o no el niño. Es que, según detalló, “a veces es el mismo sistema familiar el que estresa al niño”.

La psicopedagoga recomendó tomar esta preparación para el regreso a clases como una oportunidad para reorganizar el encuadre familiar y personal. “Todo pasa por la organización, es importante que nos sentemos a planificar y proyectar porque eso nos evitará sufrir tanto estrés y podemos lograr ciertos objetivos con mayor ahínco”, señaló.

 

Materias pendientes y descanso

Báez indicó que, como psicopedagoga, ya está acompañando a los estudiantes que tienen materias pendientes o previas, dependiendo del nivel que cursen.

Para la profesional, es importante que los chicos tengan un tiempo de disfrute y descanso entre diciembre y enero. “Siempre le digo a los padres que los chicos necesitan descansar, un corte saludable durante enero, porque para aprender tenemos que estar descansados. Lógicamente, esta es una necesidad que se siente durante todo el año porque el ser humano requiere horas de descanso y un ambiente que sea facilitador para que haya un aprendizaje verdadero y significativo”, destacó.

En este contexto, advirtió que es contraproducente que los chicos estudien durante todo enero y febrero, sin vacaciones y perdiendo algunos beneficios, porque se llevaron muchas materias. “Ese es un castigo tremendo y está muy arraigado culturalmente. Es una manera de sumar negatividad y obstáculos al aprendizaje de ese chico que no pudo alcanzar los objetivos pedagógicos en un ciclo determinado”, argumentó al tiempo que abogó por la importancia de darle más tiempo al chico para que pueda ir rindiendo de la mejor manera.

 

Cuándo comenzar a preparar las materias

Para Báez, es mejor que se preparen las materias, en forma intensiva y metódica, 15 días antes de rendir, que con mucha anticipación.

“Salvo que la persona tenga algún tipo de condición y que necesite mucho más tiempo para poder aprender y demostrar lo aprendido, porque hay todo un camino entre lo uno y lo otro; y mucho más en instancias de exámenes que siguen siendo pautas en metodologías que son bastantes criticables, donde la evaluación no es en proceso sino en producto”, indicó.

¿Repasar reduce el estrés?

Consultada sobre la conveniencia de que los alumnos repasen contenidos antes del inicio de clases, Báez admitió que “es muy tranquilizador para los padres y también para los estudiantes reforzar contenidos ya aprendidos antes de iniciar un ciclo nuevo. Es bueno entrar en tarea si eso reduce el estrés ante lo nuevo, por ejemplo para el alumno que ingresa a la secundaria, pero lógicamente entendiendo que lo que dio durante siete años de primaria no lo podrá repasar en 15 días. Por eso, creo que hay que trabajar más la actitud y la aptitud que el contenido en sí”.

 

Salir del “modo vacaciones”

Para la psicopedagoga es normal que la mayoría de los estudiantes, e incluso el equipo docente y no docente, no tengan ganas de volver a la escuela.

No obstante, aconsejó a los padres “trabajar las cuestiones referidas a las responsabilidades de cada uno y el compromiso” y, sobre todo tratar de adecuar los hábitos al “modo escuela” porque “en vacaciones, muchos chicos se acuestan a la madrugada porque están muy pendientes de sus teléfonos y pantallas”.

Señaló que el cerebro necesita al menos 21 días para reorganizarse e incorporar un hábito. “La idea es hacerlo de a poco y también recordar que se necesitan al menos ocho horas de sueño. Ayuda además que, cuando esté despierto, realice diversas actividades”, indicó.

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