Por primera vez se implantó en Argentina un novedoso marcapasos del tamaño de una píldora (2.6 cm) en el Centro Integral de Arritmias de la provincia de Tucumán.
Fueron siete los pacientes que durante dos días se sometieron al nuevo procedimiento y fueron beneficiados con esta tecnología que es 95% más pequeña que los dispositivos tradicionales. La intervención estuvo a cargo del cardiólogo Luis Aguinaga (MP 4312), presidente de la Federación Argentina de Cardiología (FAC).
En la FM Santa María de las Misiones entrevistaron a Aguinaga para conocer qué ventajas tiene este dispositivo fabricado en Estados Unidos, respecto al marcapasos tradicional.
Aseguró que se trata de uno de los grandes avances de la bioingeniería aplicada a la estimulación cardíaca, y que venían trabajando para contar también con esa implementación en Argentina, ya que en Estados Unidos y Europa desde hace un año aproximadamente la utilizan.
Las indicaciones son las mismas que para la implantación de un marcapasos tradicional: “Es decir, cuando hay un bloqueo o una baja del ritmo cardiaco. Todos en el corazón tenemos un marcapasos fisiológico natural y cuando ese no funciona bien, se indica la colocación del artificial que devuelve el ritmo normal al paciente, o sea 60 pulsaciones por minuto”, explicó el especialista.
Funcionamiento del pequeño marcapasos
Según reveló Aguinaga, los pacientes que atendió en Argentina ya habían tenido previamente problemas con los marcapasos convencionales. Algunos habían sufrido infecciones, trombosis en las venas o se realizaban diálisis. En esos casos “se perdían los accesos que se utilizan para colocar marcapasos tradicionales”.
“Por ese motivo esto es una gran solución para esos pacientes. Porque se ingresa por una vena de la pierna, se hace un pinchazo y por ahí se instala un introductor que llega hasta el corazón y aloja el marcapasos. Luego se saca el introductor y queda todo funcionando perfecto. No se anula ninguna vena, queda solamente un pinchacito y a las seis horas el paciente se va a la casa. Esta intervención es mínimamente invasiva”, detalló el cardiólogo.
Tecnología avanzada
Este dispositivo tiene un sistema sumamente desarrollado de control y monitoreo. “Lo podemos leer por Bluetooth y hacer un seguimiento a distancia”, apuntó el médico. De hecho, desde una computadora se pueden leer los datos, y otra ventaja que suma es que permite “hacer una resonancia que con la serie convencional no era posible”.
Por su parte, Luis Aguinaga explicó que la batería del dispositivo “dura 12 años, pero puede durar mucho más”, si por ejemplo, se programa la estimulación eléctrica con baja salida, o si el paciente no lo usa “el cien por ciento del tiempo y sólo en ocasiones”.
Otra ventaja que lo caracteriza tiene que ver con que se trata de una práctica muy poco invasiva y esto favorecería directamente a los niños o personas mayores que en algunos casos no podrían soportar una intervención profunda.
Finalmente, el especialista reconoció que esta tecnología es más costosa que las usuales, pero que la gestión ha llevado tiempo, esfuerzo, capacitación en Estados Unidos y hacer solicitudes para que las empresas la importen.
“Espero que pronto se comience a implementar en el resto del país y también en toda Latinoamérica”, manifestó.
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