Un día cualquiera comenzó con fiebre y dolor de cabeza y, sin saberlo, su vida entera cambió cuando se enfermó con el COVID-19. Es que para el músico popular misionero y ministro de Cultura, Joselo Schuap, el coronavirus no fue un cuadro leve. E incluso ahora, un mes después de haber salido del hospital Madariaga donde estuvo 26 días en coma farmacológico, las secuelas aún lo mantienen en condición de “hospitalización domiciliaria”.
No obstante, ayer, Joselo dialogó este martes con FM 89.3 Santa María de las Misiones y afirmó: “Me ha tocado muy difícil esta situación y quiero compartir esta experiencia con todo el pueblo misionero para que traten de cuidarse. Entiendo perfectamente que hay que seguir trabajando, especialmente los trabajadores independientes que si no trabajan no comen, que no tienen el privilegio de tener una cobertura social o un trabajo que le garantice llegar a fin de mes e ir con su tarjeta de débito a un cajero y poder contar con su dinero para la subsistencia… entiendo perfectamente eso, pero todo lo demás puede ser evitado y debemos cuidarnos mucho”.
“Lo que me sigue pasando es traumático”
Contó que su internación se extendió tantos días porque su cuadro se complicó con una neumonía bilateral, trombosis pulmonar e infecciones en la sangre, entre otras cuestiones. “Hablar sobre esto ahora es para poder llevar a la gente el mensaje que esto que nos está pasando es muy grave”.
“Lo que me pasó fue gravísimo y lo que me sigue pasando también, tal vez las personas piensan que te dan de alta y al otro día ya estás bien, pero no es así. Estuve muchos días en coma, en posición boca abajo para que el pulmón funcione mejor y eso implican heridas en el cuerpo y problemas de movilidad en el brazo derecho… todavía no puedo escribir ni tocar la guitarra, es muy traumático todo esto”, sostuvo.
Además contó lo difícil que es volver a aprender a hacer todo de nuevo, como volver a caminar, “estoy con tratamiento de kinesiólogo, neurólogo, neumonólogo y todos los logos que te imagines”, contó.
También está con tratamiento psicológico, “hay cosas que soy difíciles de contar… he tenido sueños, pesadillas, que estoy convencido que fueron reales, cosas tremendas. Cuando veo a gente que relativiza todo esto, inclusive de otros países, países vecinos, gente que lo toma a la ligera, que prioriza grandes eventos deportivos por encima de la salud, me parece una locura total”, opinó.
La despedida que no fue
Joselo recordó momentos terribles de su internación, como cuando el médico llamó a su esposa para avisar que debían conectarlo a un respirador. “Cuando me internaron, mi esposa y mis dos gurises tuvieron COVID y quedaron aislados en casa, por eso, cuando el médico le llamó a mi esposa para decirle que me intubaban… esa es una despedida porque no se sabe qué va a pasar, si el paciente se vuelve a despertar”, recordó conmovido.
Volvió a despertar y sabe que es un elegido. “Un médico me dijo que de cada 10 personas que entran en respirador en la situación que estuve yo, solo 2 salen; soy uno de ellos y tengo el privilegio de poder contarlo para que la gente se cuide, que si no hace falta salir y podemos evitar tomar contacto con otras personas, no lo hagamos”, exhortó.
Recordó que “cualquiera puede terminar en el hospital. Yo no pensaba que podía contagiarme y si me agarraba el COVID pasaría con síntomas leves, como le pasa a la gran mayoría, jamás me imaginé que iba a terminar tan complicado y que aún hoy sea tan difícil la salida. Uno siempre cree que no te va a pasar hasta que un día te pasa y ahí todo cambia”.
En la actualidad, debe hacerse controles semanales. “Tomo un remedio que hace que no tenga una coagulación normal porque tuve trombosis pulmonar… es decir que tengo un riesgo algo por un trombo que está en mis venas y que espero que pronto se diluya para que pueda salir de esta situación”, confió.
“Me quedo con las cosas buenas”
Las mentiras tienen patas cortas pero, mientras tanto, pueden hacer mucho daño. Y uno de los que sufrió esto fue Joselo Schuap. Justo cuando circulaban versiones de que se había vacunado antes que le correspondiera, el músico debió ser internado con COVID-19. Desde sus redes, confirmó que era positivo y desmintió las versiones sobre su vacunación.
Paradójicamente, cuando por fin le retiraron el respirador y comenzó a recuperarse, ese mismo día se viralizó su supuesto fallecimiento. Ni hablar del impacto que esta falsa noticia pudo tener en sus padres, que viven en Alem. Pese a recordar todo esto, Schuap aseguró que “quiero quedarme con las cosas buenas, los millones de mensajes que recibí. Quiero agradecer a todos los que rezaron por mí de todas las religiones y desde distintos lugares del mundo. También a mi compañero de trabajo que, en este caso es mi jefe, que cuando las papas quemaban se pudo una remera para apoyarme”.
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