Recientemente el Observatorio de la Deuda Social (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), dio a conocer su informe mediante el cual aseguró que el 44,2% de los argentinos son pobres y el desempleo llega al 14,2%, además un 64,1% de los menores de 18 años vive en hogares donde el dinero que ingresa no le alcanza a la familia para procurarse un conjunto básico de servicios y bienes materiales.
Al respecto, en diálogo con FM 89.3 de las Misiones, Eduardo Donza, investigador de ODSA señaló que: “Lo más serio de esto es que es una cuestión estructural del país, por como venimos arrastrando desde hace varias décadas este problema. Se agrava por situaciones a veces internacionales, otras veces nacionales, ahora lo de la pandemia que afectó a todo el mundo, otras veces mejora un poco, pero siempre venimos con valores elevados”.
“En el 2002 cuando salimos de las políticas neoliberales, de la crisis del 2001, había un 52% (de pobres), más de la mitad de la población, eso mejoró hasta el 2008 y 2009, y ahí se estancaron las mejoras. A partir de entonces, tuvimos variaciones siempre cercanas al 28% o 29%. Después por cuestiones coyunturales, o algunas malas decisiones de Gobierno puede aumentar eso”, remarcó.
Al mismo tiempo aclaró que “esa población no solamente tiene una pobreza por ingresos, sino también por cuestiones estructurales con la pobreza multidimensional que es otra, y se basa en la calidad de la vivienda o los servicios que no tienen en las viviendas, sobre todo en lo más serio para la salud que es la conexión al agua de red y los desagües cloacales, la asistencia o el atraso escolar de los niños, un sistema de seguridad social que no está presente en todos los hogares, los empleos no registrados”.
“En la parte de salud, muchas veces el hospital público puede recetar pero no hay dinero para comprar los medicamentos. O enfermedades que fueron reapareciendo como la tuberculosis o el mal de chagas”, apuntó y agregó: “Es una coyuntura que venimos arrastrando desde hace varias décadas y no lo podemos solucionar”.
Al ser consultado sobre las políticas de Estado que deberían implementarse para intentar reducir los elevados índices de pobreza, Donza opinó que “para salir de la pobreza de forma definitiva, achicar o disminuir la indigencia, que son los más pobres entre los pobres y rondan el 10%, hay que tener políticas del Estado que apunten a la producción y al trabajo”.
“Las políticas sociales son profundas en Argentina, antes de la pandemia un 30% de los hogares recibía algún tipo de transferencia del Estado no contributiva, y seguíamos con niveles altos de pobreza. En la pandemia toda esa cobertura se amplió, más que nada con el IFE, y se llegó a más del 50% de los hogares. Pero estos son parches, son cuestiones de emergencia que hay que tomarlas como política social para aliviar un poco las privaciones y el sufrimiento de las familias”, remarcó.
Por ello, expresó que “para salir de la pobreza tiene que mejorar el mercado de trabajo. Y para que eso pase, hay que mejorar la estructura productiva, producir mucho más, ampliar la torta que generamos para ver cómo repartimos las porciones porque es compleja la distribución del ingreso”.
Por otra parte, en relación a la importancia de impulsar a las economías regionales, comentó: “Siempre decimos que tenemos riquezas pero nunca logramos ponerlas en valor. Porque muchas veces algunas regiones de Argentina, que tienen indicadores de pobreza muy elevados, también tienen riquezas muy altas pero que no se pueden desarrollar. Nos queda mucho por hacer y a eso hay que apuntar”.
“Hay que tener muy en cuenta lo que son las economías regionales con estudios serios para saber si necesitan apoyo para poder desarrollarse, porque estos problemas también generan migraciones a ciudades más grandes donde se dan esos monstruos como Gran Buenos Aires y Córdoba, que son cordones con niveles de pobreza muy importantes”, finalizó.
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