Tiene un apellido ligado al automovilismo pero Leticia ya se ganó su propio espacio en el deporte motor. El 6 octubre de 2019 se subió al podio por primera vez y anotó su nombre en la historia como la primera mujer en hacerlo en el Misionero de Pista. Oriunda de Junín, provincia de Buenos Aires, pero “misionera al 100%”, Leticia vive el automovilismo como una pasión desde que tiene memoria y los caminos de la vida la fueron llevando al lugar donde pertenece.
En una visita a El Deportivo en Radio, que se emite por la FM 89.3 Santa María de las Misiones, charló sobre los inicios en el automovilismo, la pasión de los domingos, su vida junto a Carlos “Indio” Mantilla, marido y colega, y sobre lo que se viene para 2021. “Ojalá pueda aportar mi granito de arena y el día de mañana más chicas se pasen a los autos”, remarcó Lety.
Leticia, ¿cómo nació el amor por el automovilismo?
Creo que es algo que se hereda. A mi papá le gustaban mucho los autos, era un mirador de carreras compulsivo y creo que desde ahí surge. Él falleció cuando yo era muy chica y me quedó eso de él. Ya de adolescente tuve la suerte o el destino, no sé, de tener amigos ligados al automovilismo. Me iba con ellos a mirar los rallys y la vida me fue ligando a ese camino. Es más, mi pareja actual, Carlos Mantilla, también es piloto y eso hizo que de forma continuada pudiera estar en el automovilismo.
¿Qué ídolos tenías?
Siempre (José María) Traverso. En rally, Gabriel Raies, a quien conocí. No conocí a Traverso pero todavía tengo la oportunidad. El “Flaco” tiene un carácter tremendo, pero es un pilotazo.
¿Qué te gustaba de Traverso? ¿Qué tiene que tener un piloto para ser un “pilotazo”?
Exclusivamente arriba del auto creo que tiene mucha garra para seguir, pase lo que pase. Ese espíritu ganador de decir voy para adelante. Yo creo que eso en un piloto es todo, porque lo demás es todo circunstancial, pero la garra que uno le pone y no darse por vencido nunca es lo que marca la diferencia. Son medios mecánicos, y si falla y vos en espíritu no estás entero ante esa circunstancia, seguramente vas a tener un mal resultado. Creo que el “Flaco” tiene la virtud de revertir eso, de seguir poniéndole garra a pesar de todo. Creo que los pilotos de ese momento demostraban ese espíritu y creo que es el que uno tiene que tener ante la vida, el no darse por vencido pase lo que te pase.
¿Recordás los domingos viendo las carreras?
Sí, me encanta, hasta el día de hoy, cuando no tenemos actividad, es un clásico del domingo levantarse, preparar el mate, prender la tele, ver las series y las finales. Cuando estamos ansiosos por escuchar algo, primero prendemos la radio.
¿Cómo pasaste de espectadora a piloto?
Se fue dando todo. Carlos había comprado un karting para entrenar y nos íbamos a girar a Alem. Yo lo acompañaba hasta que me prestó el karting, me subí, me gustó, quería otra vuelta más y surgió de comprar otro. Así empecé a entrenar. Un día me dijo que corra una carrera y no dudé, yo quería hacerlo. La verdad que me encantó y acá estoy.
¿Cuándo fue la primera vez que te subiste a un auto de competición, ya sea con la voluntad de correr o para probar?
La primera vez que manejé un auto de carrera fue a los 20 años, en un rally. Yo llevaba en los enlaces al muleto de Carlos o cuando terminaba el rally, me lo daba para que lo lleve, que lo corra, en ese momento eran autos con caja arrimada, eran bastante preparados.
¿Cómo se conocieron con el “Indio” Mantilla?
En un rally. En 1999 se hacían los súper prime nocturnos en el Autódromo de Posadas y eran por eliminación con navegante invitado. Cuando llegabas a semifinales ya subías al más livianito porque era súper finito el trazado y ¿quién era la flaquita en ese momento? Yo. Entonces me subieron, ganamos el súper prime y de ahí nunca más nos separamos. Llevamos más de 20 años juntos compartiendo la misma pasión. Yo me dediqué a acompañarlo y gracias a él yo puedo hacer todo lo que hago.
Volviendo a tu carrera automovilística, ¿cómo arrancaste?
Con el rally, como navegante de Martín Díaz, un amigo. Habíamos corrido en un 147 y la verdad que fue una experiencia hermosa. El rally es una disciplina hermosa y desde ahí fuimos probando todo lo que había en automovilismo.
¿Qué tan importante es la función del navegante?
Muy importante e inclusive llegar a ser un buen navegante de rally es muy trabajoso y difícil. Entre las buenas parejas de rally pasa como todo en la vida, cuando tenés feeling con tu navegante y con tu piloto haces cosas increíbles. Es cuestión de encontrar la horma de tu zapato, por eso cuando se forman binomios buenos duran muchísimo tiempo.
¿Alguna vez te pegaste algún palazo?
En rally no pero en pista sí. Volqué en Eldorado con el Fiat Uno. Quedamos patas para arriba y no la pude terminar. No sentí miedo, a medida que giraba pedía por favor que no se rompa tanto el auto. Uno siempre tiene que estar preparado para el golpe porque es parte de la disciplina. Hay que tratar de evitarlo pero puede pasar.
Tu primera carrera oficial en Pista fue en 2018, ¿cómo fue esa primera experiencia?
Hermosa. Creo que no dormí la noche anterior. Me había subido al auto únicamente el miércoles antes de la carrera, lo probé, pudimos dar pocas vueltas y yo lo quería hacer igual. No sé si estaba preparada al 100% pero tampoco había desentonado para un debut. Creo que había que dar ese paso para lanzarse. Con el equipo decidimos que corra. Fuimos y para ser debutantes fue súper digno. Los tiempos habían sido normales para una persona sin experiencia así que muy contentos. Gracias a esa carrera pudimos lanzarnos de lleno al proyecto que habíamos hecho para correr todo un año entero. Fue positivo porque gracias a eso estamos ahora como estamos y con las ganas que tenemos.
¿Esa vez ya fuiste la única mujer?
Sí, yo solita entre todos los varones. Pero la verdad que es lindo, los admiro, una quiere andar fuerte como ellos, así que la verdad que me siento una privilegiada de estar ahí.
En 2019 fuiste noticia por ser la primera mujer en hacer podio en una fecha del Misionero de Pista. ¿Qué significó ese día?
La verdad que fue increíble, no me lo esperaba. Es inexplicable el sentimiento, la alegría y fue muy loco porque fue en el aniversario de la muerte de mi papá, el 6 de octubre. Ese fin de semana estaba rara y fue increíble porque terminó de la mejor manera. Gracias a eso creo que le cambié el sentido a la fecha. Fue algo re loco pero muy lindo, la verdad que nunca me lo imaginé. Se lo dediqué a él. El capó de mi auto dice “Alfredo”, su nombre, así que lo llevo siempre conmigo. Conseguí ese primer segundo puesto y después volví a hacer podio en Oberá y otro en Posadas.
Todavía no se dio el triunfo…
Todavía no, trabajamos durísimo en este tiempo. Estuvimos haciendo varias pruebas y la verdad es que mejoramos un montón. Creo que estamos haciendo tiempo para estar entre los cuatro primeros en una clasificación. Sé que tengo un gran auto. El equipo Wolheim Racing con Willy, Lisa y Damián me entregan un auto increíble. Entonces el medio mecánico está, lo otro es lo que yo tengo que evolucionar y seguir aprendiendo para ponerlo bien arriba.
Esa noche del podio, ¿cómo se festeja?
Tenemos un lindo grupo y siempre que volvemos de las carreras hacemos asadito. Es parte del fin de semana, se disfruta todo lo que se puede. Yo siempre digo que el automovilismo es una forma de vida y hay que disfrutar el fin de semana todo lo que se pueda.
Leticia, sos prima de Gabriel Ponce de León, que corre TC. ¿Cómo es la relación, te aconseja?
En lo que puede nos aconseja, por ahí en lo que son datos para el auto. Mariano, su hermano, también es ingeniero así que en lo que pueda ayudarnos, está. Gabriel tiene sus cosas, está ocupado, pero siempre es importante contar con sus consejos.
¿Soñás algún día con el TC?
Es muy difícil, hay que hacer todas las categorías previas, por lo que hablamos de un lapso de tiempo muy largo. Pero hay categorías muy lindas a nivel nacional como el Turismo Pista, la Clase 1 con Fiat Uno, es una categoría hermosa. Es lo que queremos hacer, ojalá podamos darnos el gusto de correr una carrera. Las ganas están, vamos a ver qué pasa. Este año hubiese sido bueno para sumar más experiencia pero nos tocó estar parados, igual vamos a ver qué nos depara el destino.
Este 2020 ¿cómo fue estar sin competencia? Seguro había un proyecto que tuvo que quedar en stand by.
Es lo que nos pasó a todos. Una venía cargada de pilas y de proyectos. En mi caso quería capitalizar todo lo que fue el año pasado para andar un poco mejor y nos tocó estar parados y se hizo duro. Es duro todavía. Llegan los fines de semana y uno extraña la carrera, la preparación, todo lo que se genera. Pero es lo que nos toca, hay que aceptarlo y dentro de todo sacar lo positivo. Estamos entrenando lo más que se pueda, viendo cómo proyectar el 2021 y haciendo más hincapié en la parte física que, por ahí, cuando hay carreras cuesta un poco, así que tratando de sacar lo bueno dentro de todo lo malo.
¿Cómo fue el momento en que volviste a subirte al auto este año?
Fue en junio, cuando nos habilitaron las pruebas. Primero probé con el auto y me sorprendí porque no sé si eran las ganas acumuladas pero salí y marqué el mejor tiempo. Yo aproveché la cuarentena estricta para trabajar la parte psicológica y creo que eso me sirvió un montón. Me encontré con otra yo arriba del auto y se reflejó en los tiempos.
Si se pudiera resumir en palabras, ¿cómo describirías esa pasión por el automovilismo?
Creo que la pasión en la vida es poder encontrar lo que te llena el alma. Siempre digo que es súper importante encontrar eso en la vida, no importa lo que sea, para cada uno será distinto, en mi caso es el automovilismo que a mí me hace sentir plena.
¿Fue difícil como mujer, en un ambiente repleto de hombres?
La verdad que no, el ambiente del automovilismo es sorprendente. Siempre me sentí contenida, nunca me sentí mal por ser mujer. Yo estoy ahí, soy una más. El trato es excelente, estoy súper feliz.
¿Sos consciente de que estás haciendo historia como mujer en el automovilismo misionero?
La verdad es que no. Yo soy muy exigente y siempre trato de superarme a mí misma. Es un orgullo y algo muy lindo pero una no es consciente. Ojalá pueda aportar mi granito de arena para que el día de mañana haya más chicas corriendo. En ese sentido estaría súper feliz.
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