Misiones con un alto índice de nacimientos prematuros


Mañana comenzará en Misiones la Semana Provincial del Niño Nacido Prematuro con un ciclo de charlas en toda la provincia. Las actividades son organizadas desde la Fundación Pequeños Gigantes en conjunto con el Ministerio de Salud de Misiones y Defensoría Provincial de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes. Durante esta semana harán hincapié en el acceso a la información sobre los diez derechos de los niños nacidos prematuros, aquellos que llegaron al mundo con 27 semanas de gestación y pesando unos 1.500 gramos.

En diálogo con PRIMERA EDICIÓN la presidenta de la Fundación Pequeños Gigantes, Paula Schapovaloff, detalló que “a nivel país bajó la tasa de nacimientos prematuros. Sin embargo, cada provincia tiene una realidad diferente. En ese sentido, Misiones ha bajado muchísimo en el nivel de mortalidad del niño nacido prematuro. Con la prevención del parto, el seguimiento desde el Materno Neonatal se ha logrado un gran avance. A su vez, el número de prematurez se mantiene a lo largo de estos años. A nivel país Misiones es una de las provincias con mayor cantidad de nacimientos de niños prematuros”.

En Misiones, “en el Hospital Materno Neonatal están recibiendo bebés de 25 semanas de gestación que han quedado con varias secuelas pero por suerte están con vida y tienen el derecho a la inclusión social como cualquier otro niño”, sostuvo.

Además aclaró que “para el nacimiento prematuro no existe una única causa, puede ser el clima, la falta de nutrición en la madre, el embarazo adolescente o también puede venir antes sin ninguna causa aparente”.

En cuanto a la importancia del seguimiento del prematuro, Schapovaloff respondió que “en los niños nacidos prematuros existen secuelas que no se detectan al año de nacido, sino a los tres, cuatro o seis años. Pueden ser problemas para leer, inconvenientes auditivos, TEA, entre otras. Por tanto, es necesario que se extienda el seguimiento para un abordaje integral”.

La presidenta de Pequeños Gigantes compartió cuáles fueron los primeros pasos de la Fundación: “Soy mamá de un niño prematuro. Juan Ignacio nació con 27 semanas de gestación pesando 900 gramos. Estuvo casi tres meses en neonatología, con dos paros cardiorrespiratorios, anemia extrema y bajo peso. De estar así, salió sin ninguna secuela. Pero durante ese tiempo vimos muchas diferencias. Fuimos atendidos en un privado, donde se piensa que se tiene más atención pero eso sólo se da cuando tenés una buena obra social. A mi hijo, no se faltó nada por la buena cobertura que tenía. Sin embargo, otras mamás no pasaron por lo mismo porque le faltaban los pañales, si el bebé necesitaba oxígeno lo derivaban a otro lugar”.

Fue así que “empezamos este camino luego de conocer los diez derechos del niño nacido prematuro en 2012 desde UNICEF. Conformamos para ello un grupo de madres para trabajar fuera de Posadas con la agrupación Mitaí. De esa manera conocimos la necesidad que había en niñez y la falta información sobre la prematurez. Así recorrimos también otras provincias hasta conformarnos como Fundación”, precisó.

 

“Mi bebé no tenía esperanza de vida pero los milagros existen”

Entre todas las historias de familias que tuvieron un niño prematuro, FM 89.3 Santa María de las Misiones se contactó con Lorena Friederich, mamá de Sebastián que actualmente tiene cinco años: “Cuando tenía un mes y medio empecé con pérdidas. Desde Aristóbulo me enviaron directamente a Posadas porque tenían más especialistas. Los médicos me avisan que mi bebé va a ser prematuro y que intentarían que llegue a los siete meses. El problema estaba en la placenta, la cual provocaba que no lleguen suficientes nutrientes y el bebé no crecía”.

Cuando recibió semejante noticia “en ese momento sólo lloraba porque ni siquiera sabía que era un bebé prematuro. Pensé que nacería un poco antes y tendría que estar una semana como mucho internada y listo, pero fueron tres meses de internación”.

Sobre su atención clínica contó que “por suerte, el médico que me atendió era excelente y estaba consultando hasta los libros porque de 100 mamás a una le pasa y justo me pasó a mí. Creo que si me quedaba acá (en Aristóbulo) perdía mi bebé naturalmente, porque los médicos me decían que me quede tranquila que a los tres meses perdía el feto, así como si nada”. Cuando nació “lo vimos tan chiquito. A cada sonido que escuchábamos rápidamente la llamábamos a la enfermera”.

En cuanto a los cuidados recibidos en Neonatología en Posadas, Lorena Friederich detalló que “a las enfermeras las llamábamos las tías de Neo y hasta hoy, casi seis años después, mantenemos un contacto con el grupo de mamás internadas en ese momento”.

Entre las secuelas, explicó que “gracias a Dios él camino al año y medio, no quedó con problemas de vista, oído ni garganta. La única secuela con la que quedó fue que no pudo desarrollar las hormonas de crecimiento. Por eso todas las noches le aplico una hormona sino no puede desarrollarse”.

Lorena remarcó además que “mi bebé no tenía esperanza de vida pero los milagros existen, mi hijo es uno de ellos porque cuando estuve en Posadas incluso había bebés aún más pequeños. Es necesario confiar en los doctores porque entregan todo por esos niños. Esta experiencia también nos unió más como familia”.

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