“Esa embarcación salió con tres tripulantes”


EJE. En un contexto de crisis sanitaria, una fiesta en un yate con decenas de jóvenes sin el más mínimo cuidado disparó el malestar social.

Lejos de adormecerse, la polémica por la fiesta a bordo de un yate en el pico de la crisis sanitaria por la pandemia de COVID-19 permanece y gana capítulos.

Por estas horas la Justicia Federal de Oberá analiza los expedientes para determinar responsabilidades e incumplimientos de los protocolos por COVID-19 al propietario de un yate, investigado como el dueño de la embarcación en la que presuntamente se realizó una fiesta clandestina tras amarrar en el Club de Río el pasado fin de semana.

Según se estableció, el yate pertenece a uno de los socios del Club de Pesca y Náutica Pira Pytá y es por ello que PRIMERA EDICIÓN y la FM 89.3 Santa María de las Misiones entrevistaron a Oscar “Ata” Bossi, presidente de la entidad.

Tras explicar que para cada una de las actividades que se desarrollan en el club existen protocolos específicos, Bossi advirtió que “tenemos un protocolo que el mismo Pira Pytá presentó ante la Municipalidad de Posadas. El mismo establece horarios y cantidad de tripulantes según la embarcación”.

“Los horarios -indicó Bossi-, son de 8 a 18, después de ese horario no debería haber ninguna embarcación en el agua porque esa es la excepción para la navegación”.

Consultado sobre los controles que desarrolla el club, el titular de la entidad señaló que “el dueño de cada embarcación hace una declaración jurada con puño y letra manifestando quien es el tripulante y los acompañantes”.

Especificó entonces que “las embarcaciones medianas y chicas tienen permitido hasta tres personas y las grandes, que serían los yates, hasta seis personas”.

Ya sobre el yate de la polémica, Bossi señaló que “se trata de una embarcación que está en guarda en el Club Pira Pytá. Había salido el viernes del club, pero lo hizo con tres tripulantes. El sábado pasó lo que pasó y lo que fue de conocimiento público en San Ignacio”.

 

De los permisos

Consultado acerca de si la embarcación debe pedir autorización a Prefectura Naval antes de lanzarse al río, Bossi explicó que con el permiso que emite el club es suficiente, “más allá de que Prefectura en el agua haga los controles pertinentes”.

“En el rol (permiso de navegación) manifiestan todo, horario de salida, el de regreso y la zona donde va a navegar. Porque si llega a pasar algo, en el club esperamos media hora y si no llegó a la hora estipulada en esa declaración jurada, se sale en búsqueda”, explicó el titular del club.

“Esa embarcación salió con tres tripulantes de acá”, enfatizó Bossi.

“Esta situación nos perjudica a todos porque el grueso de la gente cumple con los protocolos establecidos. Por unos pocos quizás se nos quite esta excepción que tenemos. Son unos pocos los que no acatan las disposiciones”.

“Ha pasado que Prefectura, cuando detecta que no se cumplimentan todas las exigencias para navegar (papeles correspondientes, artículos de seguridad, matafuego, palo bichero, ancla, carnet de timonel, carnet de conductor, etc) o si alguien está en falta se lo trae a la costa”, indicó Bossi.

Finalmente Bossi advirtió que “se van a aplicar controles más exhaustivos a la cantidad de tripulantes que lleva cada embarcación. Pero lamentablemente una vez que salen de acá pueden subir gente en la bajada pública y entonces ya no tenemos el control”.

“Ojalá que esto no nos afecte, así la gente podrá seguir disfrutando de este hermoso río Paraná que tenemos. Y ojalá que los jóvenes tomen conciencia. Si todos cumplimos con los protocolos establecidos y nos cuidamos, todo va a ser para mejor”, finalizó.

 

El bullicioso silencio del Tribunal de Disciplina

Así como la sociedad misionera que cumple con las normas establecidas espera sanciones ejemplares para los pocos que livianamente pusieron en riesgo la salud de muchos, son varios los socios del Club Pira Pytá que esperan que su Tribunal de Disciplina esté a la altura de las circunstancias, teniendo en cuenta que el protagonista de la polémica es parte de la entidad.

La situación que tomó estado público a partir de su viralización en las redes sociales puso al descubierto los vacíos que existen en cuanto al control de la crisis sanitaria, tanto por autoridades oficiales como privadas.

Pero ya con las pruebas a la vista y el escándalo en crecimiento y siendo analizado en la Justicia Federal, es necesario mantener el buen nombre y prestigio del club, por lo que cabrían sanciones ejemplares por parte del Tribunal de Disciplina que, a una semana de los sucesos, todavía no se expidió al respecto.

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