Investigadores buscaron entre los escombros del puerto de Beirut, pistas sobre el origen de la explosión que devastó a parte de la capital del Líbano y causó al menos 135 muertos y más de 5.000 heridos, mientras varias autoridades portuarias fueron puestas bajo arresto domiciliario.
La potente detonación, equivalente a un terremoto de 3,5 grados, dejó calles repletas de vidrios y escombros y decenas de desaparecidos, y amenaza con agravar la mayor crisis económica del país en décadas y su fuerte brote de coronavirus.
Vuelos de ayuda internacional comenzaron a arribar ayer a Beirut, donde el estallido dañó tantos edificios que el Gobierno local dijo que cientos de miles de personas podrían no ser capaces de volver a sus hogares por dos o tres meses.
El humo se divisaba todavía ayer de la zona portuaria, donde se formaron montañas de granos por la destrucción de varios silos rodeados de hangares, que también quedaron completamente derruidos.
La explosión abrió un cráter de unos 200 metros que se llenó con agua del mar. Gran parte del centro de la ciudad de más de 1 millón de habitantes quedó sembrada de escombros, vidrios que cayeron desde las fachadas de edificios y numerosos vehículos dañados.
Sube la cantidad de víctimas
El ministro de Salud, Hamad Hasan, informó al canal local Al Manar que los muertos ya ascienden a 135 y los heridos superan los 5.000, y no descartó que las cifras continúen subiendo en las próximas horas, según la cadena Al Jazeera. Autoridades libanesas habían dicho que servicios de emergencias aún buscaban a unos 100 desaparecidos entre los escombros, mientras que la ONU anunció anoche que al menos 120 miembros de su personal en el país resultaron heridos.
El Gobierno dijo que al parecer, la explosión fue causada por un incendio en un depósito del puerto que en solo unos minutos otro depósito cercano, en el que desde 2013 había almacenadas 2.700 toneladas de nitrato de amonio, que habían sido confiscadas. El nitrato de amonio sirve como fertilizante o explosivo. Aún no está claro qué pudo desatar el fuego inicial.
En medio de acusaciones cruzadas entre las autoridades del país, el jefe de la Administración de Aduanas libanés, Badri Daher, dijo que hizo seis solicitudes a la Justicia en los últimos años para que se retirara el nitrato de amonio del puerto.
Estado de emergencia
El Gobierno del primer ministro Hasan Diab anunció ayer la creación de una comisión para investigar el origen del estallido y para encontrar a cualquier eventual responsable.
“No hay palabras para describir la catástrofe de anoche en Beirut”, dijo el presidente Michael Aoun al prometer una pesquisa transparente. El gabinete ordenó poner bajo arresto domiciliario a un número no precisado de funcionarios del puerto mientras se investiga la explosión.
También declaró el estado de emergencia por dos semanas, lo que da al Ejército plenos poderes durante ese lapso.
La detonación fue la más potente que se haya registrado en la ciudad, que estuvo dividida durante la guerra civil que desangró al país de 1975 a 1990 y que ha soportado bombardeos del vecino Israel y grandes atentados con explosivos.
Familiares de los desaparecidos suplicaban por las redes sociales información sobre sus seres queridos, mientras que locutores de radio leían los nombres de heridos o personas cuyo paradero seguía sin conocerse.
Muchos residentes tuvieron que mudarse a casas de familiares o amigos luego de que sus departamentos sufrieran serios daños e incluso tratarse ellos mismos sus heridas porque los hospitales estaban desbordados, informaron medios locales.
Miles sin hogares y pérdidas millonarias
El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, estimó ante la prensa que la mitad de la ciudad fue afectada, entre 250.000 y 300.000 personas se quedaron sin sus hogares y que las pérdidas materiales totales podrían ascender hasta 15.000 millones de dólares. El gabinete aprobó una partida extraordinaria equivalente a 66 millones de dólares, al cambio oficial, y 13 millones, al no oficial que rige en las calles.
El Gobierno anunció que se abrirán escuelas públicas, cerradas por el coronavirus, para albergar a los que quedaron sin techo y que el Ministerio de Turismo trabajará en la apertura de hoteles con el mismo fin. El Líbano ya se encontraba al borde del colapso en medio de su mayor crisis económica desde el fin de la guerra civil, y su capacidad para lidiar con este desastre se presume muy limitada.
Los que quedaron sin hogar podrían ser muchos de los mismos que han perdido sus trabajos y ahorros luego de una fuerte devaluación y de una hiperinflación.
El suministro de alimentos también se suma ahora a las preocupaciones, porque el Líbano importa casi todos sus productos vitales y su principal puerto ha quedado destruido. El sistema sanitario justo enfrenta un aumento de casos de coronavirus, y el desborde de los hospitales por los heridos podría multiplicar los contagios.
Aunque el Gobierno ha prometido ayuda, sus recursos dinerarios son escasos, y la tragedia amenaza con caldear el ánimo social en un país sacudido recientemente por meses de protestas contra todas las facciones políticas, incluyendo el grupo islamista Hezbollah.
Reino Unido prometió 6,6 millones de dólares en ayuda, Países Bajos y Francia ya tienen equipos de trabajadores humanitarios en Beirut ayudando en tareas de rescate, y el presidente francés, Emmanuel Macron, se esperaba que llegara hoy al Líbano, un ex protectorado francés que retiene fuertes vínculos políticos y económicos con París, junto con asistencia humanitaria.
El Papa pidió por las víctimas
El papa Francisco realizó ayer un llamamiento a la comunidad internacional para que ayude al Líbano a superar la grave crisis que atraviesa tras la gigantesca explosión de este martes en el puerto de Beirut que ha causado un centenar de muertos y miles de heridos.
“Recemos por las víctimas y sus familias, y recemos por el Líbano para que con el compromiso de todos sus componentes políticos, sociales y religiosos pueda afrontar este momento trágico y doloroso”, indicó Francisco.
Familiares de misioneros a salvo
El titular de la Asociación de Beneficencia de Libaneses y Sirios en Misiones, Luis Chemes, expresó en FM 89.3 Santa María de las Misiones que “venimos recibiendo informaciones y tenemos contactos directos con familiares de las terceras y cuartas generaciones que quedaron en El Líbano. Esta circunstancia que afectó a Beirut, su capital, y los familiares están en el interior pero han sentido la repercusión de la explosión pero no debieron lamentar daños materiales ni víctimas”.
Aseguró que es “una situación extremadamente angustiante y nos solidarizamos con el pueblo libanés, con la población de Beirut, con una dimensión que pasará mucho tiempo para dimensionar lo que pasó. Los muertos se multiplican día a día, con cuatro mil a cinco mil heridos y con daños materiales incalculables”.
Puso énfasis en el impacto que tendrá sobre la economía la destrucción de los silos que estaban en el puerto “que acopiaban cereales y perdieron un 85% lo que la alimentación de la zona se verá afectada. Esto sumado a la pandemia y a la situación socioeconómica y política que atraviesa El Líbano, hace todo mucho más angustiante frente a un mundo convulsionado que -en otras circunstancias- pudo haber ayudado”.
Finalmente, Chemes dijo que “va a ser muy difícil recuperarse, porque es una región que vive convulsiones muy complejas”.
“Tenemos encima una gran nube tóxica”
Fadi Chaer es fundador de la Liga Libanesa-Argentina y vive a dos kilómetros del puerto donde se produjeron las explosiones. Dijo a FM de las Misiones que “mi hijo y una empleada fueron heridos pero están a salvo. Sentí como si la explosión hubiera sido en mi propio edificio porque todo quedó totalmente destrozado”.
“Están abriendo iglesias, colegios para albergar a los 300 mil libaneses que se quedaron sin techo”, reveló.
Respecto a la nube de las explosiones, Chaer dijo que “el material es muy tóxico, es una gran nube tóxica de nitrato de amonio”.
Explicó que “con mi familia fuimos a un hospital a 35 kilómetros de Beirut para hacer atender a mi hijo y la empleada. En Beirut vimos gente sin un ojo o una pierna, esa fue la prioridad de los hospitales de allí”.
Fadi Chaer dijo que “hay varias teorías respecto a las razones por las cuales había ese depósito de materiales. Una de las hipótesis es que vieron un avión israelita. Pero la pregunta es ¿por qué Hezbollah dejó tanto tiempo esa sustancia allí y el Gobierno no lo movió? Se dice que Hezbollah quería usar ese material para ayudar a Siria”.
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