Con el avance del dengue en la Argentina surgen precauciones y recaudos para la salud e integridad de la población, pero también la necesidad de contar con múltiples respuestas que puedan aportar al combate del mosquito vector. Frente a este panorama, el INTA cuenta con un desarrollo biológico contra las larvas del mosquito y el saber cómo avanzar rápidamente en su industrialización.
Se trata de un biolarvicida, de una formulación líquida, elaborado a base de Bacillus thuringiensis israelensis (Bti) para el control del mosquito transmisor de la infección viral. Fue desarrollado por el Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMYZA) del INTA Castelar.
En diálogo con El Aire de las Misiones por FM 89.3, Diego Hernán Sauka, responsable del laboratorio Insumos Bacterianos e investigador INTA – CONICET, explicó: “Este biolarvicida es un insecticida biológico que tiene en su formulación una bacteria que se caracteriza por ser tóxica para larvas de mosquitos y con gran actividad en larvas del aedes aegypti”.
“El insecticida biológico funciona por ingestión. Hay que recordar que la larva del mosquito tiene hábitos acuáticos y se desarrolla en el agua. Por eso nuestro producto es activo sobre el estado acuático de la larva, no sobre el mosquito. El producto se fumiga sobre los cuerpos de agua, la larva de mosquito se alimenta de lo que está disponible, va a ingerir el insecticida y la bacteria ejercerá su efecto tóxico dentro del insecto haciendo que la larva muera a las pocas horas”, remarcó.
Al mismo tiempo consideró que “el biolarvicida es una herramienta más para incluirla en los programas de manejo del mosquito vector, pero tiene que ir acompañado de educación a la población sobre el trabajo de descacharreo en las casas donde se pueden formar grandes volúmenes de agua”.
“La idea de este biolarvicida es utilizarla en extensiones de cuerpo de agua que no se pueden eliminar. Una ventaja de este producto es que por su alta especificidad sobre las larvas de mosquitos, no es tóxico para el hombre ni para animales, no contamina el ambiente, incluso no afecta a otros insectos que pueden llegar a ser benéficos”, recalcó.
Con la tecnología, la fórmula y los procedimientos “se puede avanzar en la transferencia para el desarrollo con éxito de una formulación líquida de este biolarvicida destinado al control del mosquito transmisor del dengue”, destacó Sauka.
Si bien, en el país, actualmente existen productos biológicos similares para el control de este mosquito, según Roberto Lecuona, director del IMYZA, la novedad “es tener disponible para la industria un biolarvicida igualmente eficaz, como los mejores productos de importación, pero utilizando un protocolo de producción con insumos más económicos y de fácil acceso”.
Se trata de “un preparado estable y efectivo bajo condiciones similares a las de campo que podrá sustituir a productos importados”, agregó Sauka.
Esta tecnología, desarrollada por el INTA, es un método de control eficaz para combatir las larvas del mosquito transmisor y está disponible para ser licenciada a empresas interesadas en producirlo y comercializarlo.
Comprobada su efectividad y persistencia en condiciones naturales, durante el importante brote de dengue del 2009 se inició la transferencia desde el IMYZA de los protocolos de producción a una empresa privada, aunque se reconoce que actualmente se cuenta con la posibilidad de llegar a otros sectores interesados en este avance.
Para Graciela Benintende, investigadora del IMYZA, “este bioinsecticida colabora con otras medidas de control para reducir las poblaciones del mosquito vector, siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Salud”, reconoció.
Asimismo, los especialistas entienden que el control químico del vector debe hacerse con productos autorizados por la ANMAT, tanto en el combate de la fase acuática como aérea y, a su vez, utilizar biolarvicidas para el control de larvas en la fase acuática.
El compromiso del INTA con la salud pública, a través de este y otros desarrollos, permite brindar colaboración a las empresas o instituciones interesadas en la puesta a punto de protocolos de producción en pequeña escala, paso previo y necesario para el escalado y producción industrial.
Este biolarvicida es el resultado de años de investigaciones con esta bacteria de origen natural y de la cual surgieron otros prototipos de bioinsumos destinados al control de plagas, como insectos lepidópteros, coleópteros y dípteros.
Se conoce que el mosquito aedes aegypti, además de ser el vector del dengue, también transmite otras enfermedades como la fiebre amarilla, la producida por el virus de zika y la fiebre o artritis epidémica chikungunya.
Respetar el ambiente
Una de las principales características de este biolarvicida es que la larva del mosquito muere, pero es inocuo para el ambiente donde se aplica. Además, debido a que es seguro, tanto para las personas como para los animales, se puede incorporar en agua potable si se respetan las indicaciones del marbete -etiqueta, en cuanto a las dosis recomendadas.
No presenta inconvenientes al usarlo de manera permanente ya que la radiación solar lo elimina del medio. Se considera que una vez aplicado, si está expuesto al sol, debe ser repuesto después de 10 o 15 días de aplicado, aunque demostró una vigencia de hasta 30 días cuando los ambientes acuáticos son sombreados o semisombreados.
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