Monseñor Nicolás Baisi es el nuevo obispo diocesano de Iguazú, luego que el papa Francisco aceptó la renuncia de Marcelo Raúl Martorell, por haber alcanzado la edad que indica el Código de Derecho Canónico.
Además, el Santo Padre nombró a monseñor Martorell administrador apostólico “sede vacante” de Iguazú hasta la toma de posesión canónica de su sucesor, Baisi, quien se desempeña actualmente como obispo auxiliar de La Plata.
Vale recordar que Monseñor Martorell había anunciado en la localidad de San Pedro, durante el acto oficial del inicio del ciclo lectivo 2020 en Misiones del último 9 de marzo, que ya había elevado su renuncia al cargo de Obispo de la Diócesis de Puerto Iguazú.
Proceso de la designación
En diálogo con el programa “Primera Plana” por FM de las Misiones 89.3, la radio de PRIMERA EDICIÓN, monseñor Baisi dijo estar “muy contento” por la designación del Papa. “No quiero esperar al final de la cuarentena y, de ser necesario me voy a ir en auto” anticipó ya que, por el aislamiento social obligatorio no hay transportes públicos entre La Plata e Iguazú.
Reveló que “la noticia me la dio el Secretario del Nuncio Apostólico, porque el Nuncio está en Polonia. La semana pasada me llamó y me contó el pedido del Papa y me preguntó si aceptaba. Dije obviamente que sí y se presentaron todos los papeles. Ayer (por el jueves) me avisaron la confirmación y hoy (por el viernes) se realizó el anuncio. Es una decisión que tomó el Papa en consulta con los obispos de Argentina y de la diócesis para, finalmente, designar a un obispo en reemplazo del que estaba”.
Consultado sobre la visión que tiene de Puerto Iguazú, indicó que “la información que tengo es la pública sobre los sacerdotes, las parroquias. Conozco a muchos sacerdotes porque los más jóvenes se formaron aquí en La Plata. Así que los he visto como seminaristas y como curas. Conozco que el pueblo de Misiones es religioso, que tiene un crisol de razas y tiene un grupo humano muy rico”.
La Iglesia en tiempos de crisis
La pandemia de COVID-19 afectó fuertemente al sector del turismo, actividad con alta incidencia en la ciudad de las Cataratas, donde el Obispado de Iguazú se encuentra asentado.
Al respecto, Nicolás Baisi, flamante titular de la diócesis, aseguró que “suponía que, con el turismo tan parado como está, la gente de Iguazú debe estar sufriendo mucho y con la confinación por la cuarentena, toda la situación está muy complicada. Aquí en La Plata estamos tratando de ayudar con las parroquias en la cuestión social acompañamiento a las personas con alimentos y elementos de limpieza”.
Respecto al pedido de ayuda, Baisi admitió que “es alta la demanda y de mucha gente que no estaba habituada a pedir. Gente que tiene auto y no tiene para comer. Un cuentapropista que se arreglaba solo y hace dos meses que está parado y eso hace más complicada la situación”.
En el plano social y espiritual, el Obispo de Iguazú indicó que “uno nota que las personas necesitan hablar, pero necesitan una cara con la cual hablar y contar las dificultades como forma de escape, no solamente necesitan una bolsa de mercadería, por estar encerrada en su casa necesitan hablar. Muchas veces el mismo encierro ayuda a que uno haga planteos sobre su vida, preguntas sobre Dios, sobre la vida y la muerte también surgen”.
Primer mensaje a los fieles
Monseñor Nicolás Baisi dedicó las primeras palabras a la comunidad religiosa de Iguazú: “Hay una cosa que todos sabemos pero que me gusta repetir: Jesucristo es nuestro Señor y Dios con nosotros que nos muestra el camino. Voy para allá con la idea de anunciar el Evangelio de Cristo a todos los hombres y continuar el trabajo que se está realizando en cada parroquia de distintos lugares. El Evangelio de Cristo es el centro de la vida y el que le da sentido a nuestra existencia”.
Obispo argentino
Baisi es bonaerense, de 55 años, actualmente obispo titular de Tepelta y obispo auxiliar de la arquidiócesis de La Plata. Nació en Bella Vista, partido de San Miguel, provincia de Buenos Aires, el 15 de julio de 1964, en el seno de una familia profundamente cristiana, de la que recibió una buena formación humana y religiosa.
Los primeros estudios Baisi los realizó en el colegio “Don Jaime” de Bella Vista, y al terminar el secundario se inscribió en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde permaneció cerca de dos años, hasta que se definió su vocación y entró en el seminario Arcángel San Miguel, de la diócesis de San Miguel.
Terminados sus estudios teológicos en la Facultad de Teología de la Universidad del Salvador (Colegio Máximo San José, de la localidad de San Miguel), fue ordenado sacerdote el 21 de noviembre de 1993, en la catedral de San Miguel, por monseñor José María Lorenzo, obispo de San Miguel.
Desde 1999 hasta 2001 perfeccionó sus estudios con una Licenciatura en Teología en la Pontificia Universidad de Santo Tomás “Angelicum” de Roma (Italia).
Comprometido
Varios fueron sus compromisos pastorales: antes de ir a Roma, fue vicario de la parroquia Inmaculado Corazón de María de la localidad de Los Polvorines.
La gran crisis económica de diciembre de 2001 lo encontró como vicedirector de Cáritas Diocesana, prodigándose con dedicación y eficacia para conseguir y distribuir ayudas.
En el 2003 fue párroco de Nuestra Señora del Santo Rosario de la localidad de Grand Bourg, donde erigió varias capillas y reconstruyó la vida parroquial con varias iniciativas para los laicos. También tuvo a su cargo la dirección diocesana de la Catequesis y, por dos períodos, fue miembro del Consejo Presbiteral.
En 2007, el obispo de San Miguel monseñor Sergio Fenoy, lo llamó a dirigir el Seminario Mayor de San Miguel, donde él mismo se había formado, y donde ocupó el cargo de rector hasta el 8 de abril de 2010, fecha en la que el papa Benedicto XVI lo designa obispo titular de Tepelta y auxiliar de la arquidiócesis de La Plata.
Fue ordenado obispo en la catedral de La Plata, el 19 de junio de 2010 por monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata, y los obispos coconsagrantes, monseñor Sergio Alfredo Fenoy, obispo de San Miguel, y monseñor Antonio Marino, obispo titular de Basti y auxiliar de La Plata.
En la Conferencia Episcopal es miembro de la Comisión de Pastoral Universitaria. Es presidente del Consejo de Educación Católica de la provincia de Buenos Aires. Su lema episcopal es: “Caritas Christi urget nos” (El amor de Cristo nos apremia).
Había asumido en 2006
Monseñor Marcelo Martorell se desempeñó como obispo de la Diócesis de Iguazú desde el año 2006. El 1 de marzo último cumplió 75 años, y en ocasión del inicio del ciclo lectivo 2020, realizado en la localidad de San Pedro, anunció que había renunciado al cargo.
En esa oportunidad, expresó públicamente “sentirse viejo” y que esperaba que quien lo reemplace en el cargo “sea uno más joven”. Así, Martorell le envió la carta de su renuncia al papa Francisco, quien a punto de cumplirse los dos meses de ese pedido, resolvió quien lo suceda.
Martorell, nacido en Salta y ordenado sacerdote en Roma (Italia) el 17 de mayo de 1970 por el papa Pablo VI, había llegado a Iguazú para ocupar el cargo dejado por Joaquín Piña, cuando éste ganó las elecciones a convencional constituyente de la provincia y fue designado obispo emérito.
La entrada “Es alta la demanda de ayuda, incluso de mucha gente que no estaba habituada a pedir” se publicó primero en Primera Edición.